martes, 22 de julio de 2014

Para mi la naturaleza es todas las preguntas

Para mi la naturaleza es la mayor de las preguntas.

Para mi es todas las preguntas.

Yo voy al campo y pienso ¿Cómo podría alimentarme si me perdiera aquí?.
Y después, ¿Cómo es posible que esté todo esto aquí?. ¿Qué tengo que aprender de lo que hay aquí?.

Nada, nada me parece que pueda enseñar más.

Siempre la última pregunta es ¿Cómo es posible, la vida?. Siempre.

No hay nada que me estimule más. No veo mayor enigma que este. La vida.

4 comentarios:

  1. La Naturaleza es para mí siempre una respuesta sin pregunta previa. Todo nos es dado en distintos soportes, formas vivas que están hechas de moléculas, átomos, neutrones como los que forman nuestros ojos que lo ven Todo si estamos dispuestos a verlo verlo.. La vida hace, nos hace y podemos observar como nos hace sin juzgar pues todo está bien. La vida es lo claro y lo oscuro y nosotros, ¡oh seres con el Gran Ego rebuznando!, también somos lo claro y lo oscuro.
    Elena

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  2. Hola Elena, la verdad es que son las dos caras de la misma moneda, la pregunta y la respuesta, y la realidad última es que somos seres que venimos de la naturaleza y dependemos de ella. Yo en el post he tomado un enfoque más utilitarista, es una deformación por el tipo de estudios que tengo, siempre tengo el cómo hago esto, cómo puede ser lo otro en la cabeza. Tu observación adopta un punto de vista más contemplativo y lo que concluyes de que no hay juicio es muy alentador. Sobre el ego, la conversación interior...vivimos rodeados de ruido, a veces pienso que hay que hacerle el mismo caso que a una radio mal sintonizada, no sé si podemos desprendernos de ese ruído. Me encanta el comentario, perdona que no lo había visto hasta ahora, menuda es la entrada de Septiembre. Un saludo :).

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  3. Oía decir al sabio Jesús Mosterin que el mayor placer para el hombre es el conocimiento. Puede ser cierto si lo dice un sabio así. También creía yo hace tiempo que el arte y la ciencia eran los mayores logros del hombre. Si lo vemos desde un punto utilitarista es la ciencia la que nos permite comunicarnos a través de estos maravillosos aparatos dónde escribimos. Puede ser que una vez aseguradas las bases para vivir, sólo necesitemos sentarnos a contemplar sin juzgar. Lo uno no excluye lo otro y en todo caso creo que en esta civilización en la que estamos no van parejos y de ahí nuestro despiste que llega a la educación, a la economía, a la política y demás ciencias. ¿Cuánto tiempo utilizamos en internet y demás maravillosos inventos por otra parte y cuánto a contemplar la naturaleza sin más objetivo que sentirse Uno con el resto? Quizás la respuesta esté en la civilización misma que nos dice que debemos ser productivos o consumir pero puede que hagamos más por el resto del mundo si nos apartamos regularmente a mirar, contemplar, amar y cuidar en definitiva la naturaleza de la que somos miembros. Ningún museo puede igualar en belleza al vuelo de cualquier ave, al ligero movimiento de las libélulas, a los colores de un paisaje. Como la experiencia contemplativa es inefable y difícil por tanto de trasmitir, mejor me callo e invito a cada uno a vivirla en soledad y silencio.
    Elena

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    Respuestas
    1. Hay tantas reflexiones en lo que dices...
      Sobre contemplar, el problema es aprender a hacerlo. Aunque intentes enseñarselo a los niños, no es algo que vayan a entender sus amigos en el patio del cole, no pueden compartir esa experiencia. Generalmente la gente se acerca a esto de contemplar mucho más tarde, no como niños, y con muchas ideas preconcebidas.
      Por supuesto que es algo que no está bien visto socialmente, ni con nuestro paradigma económico ni posiblemente hayan atinado a explicar muchos filósofos o psicólogos.
      Pero quien lo experimenta, sabe como llena. Aunque para llegar a ese estado de receptividad hay que trabajárselo mucho. Lllegamos como adultos y con la mochila llena de prejuicios, si hubiéramos aprendido de niños no nos costaría tanto. Simplemente estar ahí y escuchar y no pensar es una recompensa en si mismo. O eso creo yo. Gracias por este comentario, Elena.

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