martes, 12 de julio de 2016

Un paseo

Así que salimos fuera. Era septiembre, lo recuerdo por la agradable sensación de la brisa suave en mis brazos. El sol estaba alto, me divertía ver la sombra de las pestañas sobre sus mejillas redondas mientras correteaba a mi lado. Me agaché para acariciarle el pelo, olor a violetas, mi niña estaba feliz. Le pregunté por la abuela. Ya lo sabes, me dijo, y pude ver que tenía los ojos rojos. Ah, claro, murió, le contesté.
Pero dónde está papá. La cara se le había afinado y los labios habían perdido la suavidad que recordaba, era delgada. Ya lo sabes, me dijo. Ah, claro, murió, le contesté.
Qué pasó con mi amiga, hace tanto tiempo que no la veo. Tuve que levantar la cabeza para poder mirarle a la cara. Su semblante era serio y tierno, tenía aún esos pómulos altos pero las mejillas habían perdido toda la ligereza de la juventud. Ah, claro, murió. La lluvia de noviembre se había deshecho en charcos sucios.
Algo en su paso pesado, el color oscuro de las ojeras, las arrugas de la frente, el gesto triste, me hizo determe. Ella ya lo estaba esperando, vi la resignación en sus hombros caídos. Ahora es cuando me lo vas a preguntar, mamá. Era un día oscuro de invierno.
Sí, ya lo he recordado. Tengo que hacerlo. ¿Estoy muerta?.
Sí.
¿Entonces qué hago aquí?
Sencillamente, no puedo olvidarte.

2 comentarios:

  1. Amiga saludos jubilosos por tu aparicion , estaba pensando en tus entradas tan didacticas y en que estarias ocupada que no habias vuelto y ZZZZaaaaassss apareciste , sera que Merlina esta afinando sus poderes .Saludos de un amigo y su gata .

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    1. Gracias Fidel, cuánto me ha alegrado tu alegría por mi vuelta :). Bueno, empecé por dedicarle tiempo a otras cosas y luego vino una época muy triste que tiene que ver con el post..ahora estoy mejor.
      Sí, si la experiencia es buena, Merlina segurmanete tiene algo que ver :).

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