Ahora suena una de Celtas Cortos...
Cuéntame un cuento
y verás qué contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños.
Cuéntame un cuento
y verás qué contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños.
Promesas, promesas...seguro que este hombre tiene un hijo que le da la matraca todas las noches con que le cuente cuentos, y quiere convencerle con el viejo sistema de jurar que se duerne de una tacada. Ya, ya...como se lance a contarle un cuento clásico se pierde, el niño agarra un insomnio del trece y les baila esa noche una muñeira heavy a sus padres en la cama.Cuidado que los cuentos están cargados de peligro.
Pues resulta que era un rey
que tenía tres hijas,
las metió en tres botijas
y las tapó con pez,
y las pobres princesitas
lloraban desconsoladas,
y su padre les gritaba
que por favor se callaran.
Toma ya, a este hombre le gusta vivir peligrosamente. Ni el cuento de caperucita ni el de barba azul, qué va, un rey que mete a sus hijas en botijas y les ruega que se callen. Se confirma mi intuición de que esta noche el nene le baila una muñeira, pero en la cama, no, en la barriga. Y dentro de veinte años les pone una denuncia a sus padres por malos tratos y secuelas morales, ya lo estoy viendo.
Cuéntame un cuento
y verás qué contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños.
Cuéntame un cuento
y verás qué contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños.
(ja,ja, estais perdidos, esto no lo arregla ni supernanny)
Las princesas se escaparon
por un hueco que existía,
que las llevó hasta la vía
del tren que va para Italia,
y en Italia se perdieron
y llegaron a Jamaica,
se pusieron hasta el culo
de bailar reggae en la playa.
Pues sí, se ha dado cuenta de que la cosa no tiene arreglo, y ha dicho de perdidos al río, o mejor a Jamaica que bailan reggae (reggae?), que es como más suave que la muñeira y nos va a meter menos pataditas la criaturita esta noche cuando se nos suba encima a darnos las gracias.
Cuéntame un cuento
y verás qué contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños.
Cuéntame un cuento
y verás qué contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños.
(Eso es tener fé en que las cosas se pueden arreglar, sí. Ya se sabe que el infierno está empedrado de buenas intenciones)
Bailando en la playa estaban
cuando apareció su padre,
con la vara de avellano
en la mano amenazando,
fue tras ellas como pudo
y tropezó con la botella,
que tenía genio dentro,
que tenía genio fuera.
Vale, ahora ha demostrado un poco más de realismo. Una vez convencido de que supernanny no puede con esto, ha convocado al genio de la botella, a ver si con mucha magia consigue algo.
Cuéntame un cuento
y verás qué contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños.
Cuéntame un cuento
y verás qué contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños.
(Y venga y dale, y dale y venga. Que a estas alturas no te cree nadie, chaval)
Les concedió tres deseos
y ahora felices estamos,
y colorín, colorado
este cuento se ha acabado,
y resulta que este rey
que tenía tres hijas,
las metió en tres botijas
y las tapó con pez.
Dicen que están felices y que el cuento se ha acabado. Su temeridad no conoce límites. Me parece que el chaval ya ha tenido suficiente y que va a entrar en combustión espontánea sin nisiquiera meterse en la cama.
Cuéntame un cuento,
la enanita junta globos,
la que vuela por los aires,
la que nos seduce a todos.
Cuéntame un cuento,
el del Ratoncito Pérez,
que te deja cinco duros
cuando se te cae un diente.
Cuéntame un cuento,
que ya creo que estoy soñando,
cuéntame un cuento,
con música voy viajando.
Cuéntame un cuento,
que todavía no es tarde,
cuéntame un cuento,
que la noche está que arde.
Ya lo veía venir, ya. Se les ha subido a la chepa y led está bailando la muñeira, el reggae (?) y el regatton, todos a la vez en la cocorota. La madre le está aullando no se qué de una vasectomía al padre y todos felices y nerviosos a grito pelado nos dan esta noche de fiestas a los que estamos en la cama. Mi vecina la sorda cree haber recuperado el oído milagrosamente. Noche de fiestas en una ciudad costera, ya...