Sigo adelante con el cuadro. Bueno, lo cierto es que durante el verano descansaré de pintar, así que de momento se queda como está.
Llamarlo cuadro es bastante pretencioso por mi parte, para poder hacerlo con propiedad tendría que dominar algo la técnica del óleo, pero lo cierto es que es el óleo el que me domina a mi, y me deja muy frustrada. Es el segundo óleo que intento, lo del primero fue aún peor, pero sigo en el mismo plan. Yo no permito que mi ignorancia coarte mi creatividad, me dedico a plasmar mi idea y a hacerlo rematadamente mal. Por mucho que me esfuerce en corregir mis fallos, cada vez que mire ese lienzo me acordaré de lo poco que sé. Se burlará de mi y gritará a los cuatro vientos "cuadro de aficionadilla con más pretensiones que estilo pintando". Tendré que asumirlo.
La idea comenzó en un dibujo que hice en una servilleta de bar (cómo no), y la fui complicando a medida que iba pintando (cómo no, también). Que no me gustaba que el fondo fueran unas losas, como había pensado en un principio, pues a cambiarlo y que sea un cielo (sí, ya estaba yo demostrando la claridad mental que tengo). Que lo del cielo quedaba un poco soso, no importa, se le pone una nebulosa por aquí, un grumito de lo que sea por allá y a seguir, yo no soy nada pretenciosa y con cualqier cosa me apaño. La inspiración no me llegó del cielo, pero en cierto momento se me fue al mismo. Habrá quien piense que esto se le ocurre a cualquier inepto en un plis-plas, que las musas y esas cosas...preséntenme al inepto por favor. Yo tardo siglos en tener una idea.
En fin, que lo fui complicando innecesariamente según lo iba haciendo o, siendo sincera le cuadra
más esta expresión, ejecutando. El cuadro, decía, se ríe de mi cada vez que lo veo, pero hemos llegado a caernos bien, tenemos nuestros buenos momentos cuando escucho la canción de Learning To Fly para meterme en situación y seguir pintando. Sólo de tambores, marcan una emoción. Comienza la guitarra, una frase larga, de concentración. Él lo percibe y después de las primeras bromas se relaja y se pone evocador. Que qué evoca... no lo sé. A cada quien le cuenta una cosa distinta, o se queda callado, así que me resulta difícil seguirle la pista. A mi me cuenta historias de el espacio, de empezar; pero sé que a otros el muy pillo les habla de fontanería.
Eso sin decidir aún en qué posición se quiere quedar, o lo quiero poner yo -si es que lo acabo- . Porque la gracia, y el capricho, y la intención, que no el logro, es que no se sepa qué parte va arriba y cuál va abajo. Habrá quien me diga que sí, que lo he logrado, enhorabuena maestra, porque el cuadro tiene tan poco sentido que no importa para dónde lo ponga, y que gana más si lo pongo mirando a la pared. Ya digo que a cada quien le cuenta algo distinto, qué puedo opinar yo...que le he cogido cierta simpatía...¿Qué título le podría poner? Falling Skies, suena mono en inglés, aunque sería más sincero llamarle El Joío Cuadro Que Me Está Costando Horrores Terminar.
Amiga chapó ,esta quedando fantástico y es que la creatividad no se aprende es innata y tu la tienes ,me gusta un montón animo e inspiración melódica .Cariños a granel para ti y los chicos .
ResponderEliminar¡Cómo me alegro de leerte de nuevo, Fidel!. Muchas gracias por lo de la creatividad, me ha llegado mucho, tú también la tienes. La inspiración que no falte, también te gusta ponerte música para dibujar?. Un abrazazo y un achuchón enorme a Merlina.
Eliminar