miércoles, 29 de noviembre de 2017
Salamanquesa, también en mi portal
La cosa es así de sencilla. Una salamanquesa gorda y jugosa se evadió del calor de un par de días de verano en el portal de mi casa. Debía estar muy agusto con tantos insectos para cazar por las noches, y una pared fresquita para descansar durante el día. Me preocupó que alguien le diera un escobazo, la gente no suele tener mucho aprecio por estos reptiles y ya me han contado varias veces la superstición de que si se están en tu dormitorio pueden caerse en tu boca y matarte.
Afortunadamente para el reptil, ni estaba en el dormitorio de nadie, ni nadie reparó en su presencia. Si tuviera más tiempo dedicaría un par de párrafos a las almohadillas especiales de sus dedos que le permiten adherirse a la pared de esa manera (lo haré en otro post). Si hubiera tenido mejor cámara la foto también sería mejor.
Pero para mi es un buen recuerdo de lo cerca que tenemos tantos animales pequeños en los que no solemos reparar, y mejor así para ellos.
domingo, 26 de noviembre de 2017
Un saltamontes y una mantis en mi portal
Exactamente en el mismo sitio, y con el mismo tamaño los dos. La pena es que no coincidieron en el tiempo. La foto del saltamontes es del 20 de abril, y la de la mantis del 22 de octubre.
Hubiera sido muy interesante ver qué hacían estos dos si llegan a estar juntos. Gerald Durrell escribió un capítulo inolvidable sobre la lucha a muerte entre una mantis y una pequeña salamanquesa, todavía siento terror al recordar cómo describía el abrazo de la mantis.
Un día decidí probar si dolía el pellizco que podían dar estas estilizadas parientes de las cucarachas, las mantis. Duele muchísmo y además el bicho tiene una fuerza inesperada para su tamaño. Redobló mi respeto por las mantis, que me parecen hermosas y repulsivas a la vez.
sábado, 18 de noviembre de 2017
Araña cazando otra araña. El pequeño se come al grande
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