jueves, 17 de mayo de 2018

Objetivo: Erradicar la viruela


1966…
Fondo musical alguna canción de Nancy Sinatra, o tal vez de Donovan,[1] pero no podemos olvidar que estamos en plena guerra fría. Kennedy murió asesinado 3 años atrás[2]. El mismo Kennedy que en 1961 había anunciado que pondrían a un hombre en la Luna a final de la década[3], el coste de esta hazaña se pensó en un principio en 7000 millones de dólares, pero estimas a posteriori elevan el gasto real unos 20 000 millones de dólares más [4](siempre hablando de dinero de la época). Los soviéticos, ¿alguien lo duda?, están en la carrera espacial también, Yuri Gagarin ha humillado a la mayor potencia mundial siendo el primero que completó una órbita alrededor de nuestro hermoso planeta en 1961[5]; hay mucho más secretismo sobre el coste del programa espacial soviético, algunos aventuran que rondaría los 4 000 millones de dólares de la época[6].
Y a estos locos se les ocurre que hay que acabar con la viruela.

1966…bajo la presión de la Unión Soviética y de Estados Unidos, y tras 3 días de debate, la OMS aprobó un presupuesto ridículo para la erradicación de la viruela: 2,4 millones de dólares. Uno de los principales escépticos sobre la posibilidad de llevar a cabo esto es Marcelino Candau, director de la OMS (WHO por sus siglas en inglés). Posiblemente para que las culpas del previsible fracaso de esta iniciativa caiga sobre una de las dos potencias que la impulsa, se decide poner a la cabeza de este loco programa al estadounidense Donald Henderson[7], quien merece un gran reconocimiento por aceptarlo, pero mucho mayor por lograrlo.
Donald Henderson: uno de los héroes de la erradicación de la viruela.
La viruela sigue siendo una amenaza muy real, cada año se infectan 10 millones de personas de los que 2 millones mueren. Se lleva más de una década con un programa de vacunación obligatoria en América, con bastante éxito excepto en Argentina, Brasil y Ecuador…pero en Asia y en África la viruela seguía haciendo estragos[8].
He querido mostar la enfermedad, pero creedme que hay imágenes mucho más dantescas de lo que la viruela podía hacerle a una persona (Smallpox Photos)
¿Cómo evitar que la viruela siguiera extendiéndose en zonas perdidas y mal comunicadas, a las que resultaba extremadamente caro llegar…con un presupuesto de 2,4 millones de dólares? La idea inicial fue la de vacunar al máximo número de personas en los países infectados. Se enviaban a equipos de la OMS a las zonas donde esta era endémica, se recibían reportes sobre brotes y se iba a la zona a vacunar.
Póster animando a la gente a vacunarse (Smallpox vaccine - Wikipedia

Si no puedes hacerlo todo…hazlo bien. La estrategia del cortafuegos
Y es aquí donde entra en esta historia Bill Foege[9], un médico misionero luterano (por favor, no olvidemos el bien que la religión también ha traído) que trabaja en Nigeria como asesor para el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades. En diciembre de 1966 recibe el aviso por radio de un posible caso de viruela en la provincia de Ogoja; en moto, junto a un colega, se desplazan a la aldea, confirman el caso y vacunan a la familia del paciente y a varios vecinos. Sin embargo este brote pone en guardia a Foege, se preocupa porque haya una infección de mayores proporcines, en una zona con 100 000 habitantes y en un momento de comienzos del programa en el que el equipo de Foege no disponía de dosis suficientes para vacunar a tanta gente. Y si no puedes hacerlo todo, tienes que hacerlo bien.
¿Qué estrategia ideó Foege, que había sido bombero forestal de joven? Planificar un cortafuegos a base de vacunas. Decidió vacunar sólo a quienes vivían en lugares donde había un brote confirmado, usando a los misioneros (otra vez pido que por favor no olvidemos el bien que esta gente ha hecho) como mensajeros para que le avisaran de las aldeas donde había enfermos. La alarma no tardó en sonar, una epidemia muy seria se había declarado en la zona administrada por Foege.
Foege con una pipa, junto a refugiados de la guerra civil nigeriana, 1968 (Profile of a global health prankster, Bill Foege)
Siguiendo su idea del cortafuegos, en 6 semanas consiguió erradicar un brote mayor de viruela en su zona, aunque sólo vacunó al 15% de la población. Extendió su estrategia a la zona oriental de Nigeria, con éxito también. En 1973 se desplazó a la India, donde la enfermedad se manifestó particularmente inmune a los esfuerzos para exterminarla. Estamos hablando de un escenario diferente al africano, principalmente porque se trataba de zonas mucho más habitadas. El plan de acción sobre el terreno no difería en cuanto a principios del africano, pero sí en dimensiones. Se formaron brigadas de trabajadores sanitarios que tuvieron que visitar 200 000 aldeas (doscientas mil, nada menos) para detectar y contener la viruela; la proporción del problema fue patente: había más de 10 000 enfermos repartidos en 2 000 aldeas. Indira Ghandi, primera ministra de la India entonces, hizo un llamamiento a la gente para colaborar con los equipos de la OMS.
Obviamente yo estoy hablando de Foege en este post porque lo consiguió, pero no fue fácil en absoluto. Los resultados en 1974 parecieron ser un desastre que desautorizaría a Foege, la OMS y la estrategia africana. En abril de 1974 los casos se habían multiplicado por 4, y los altos funcionarios empezaron a dudar de seguir con la campaña de erradicación. Foege, sin embargo, se mostró confiado y afirmó que se estaba llegando al punto de inflexión de la erradicación de la enfermedad. En enero de 1975 el número de brotes era de 198. El último caso de viruela en la India se produjo en mayo de 1975.
¿Quién es el tipo que está al lado de Foege?, Profile of a global health prankster, Bill Foege
El útimo caso de viruela se dio en Somalia en 1977, un trabajador de un hospital que había eludido -en secreto- la vacunación, contrajo la enfermedad al ayudar a la familia de dos niños muy enfermos que los llevaron a este hospital. Ali Maow Maalin, el último infectado de viruela -por contagio natural- de la historia de la humanidad comprendió tan vivamente la importancia de la vacunación que fue. él, uno de los líderes de la campaña de vacunación masiva de la polio en Somalia 32 años después.
1980…
Música de Queen[10], Los estadounidenses, rascándose aún el grano provocado por Yuri Gagarin, lanzarán el primer transbordador espacial en 1981, 20 años después de que el héroe soviético circundara la tierra[11]. Ronald Reagan entrará en la Casa Blanca en 1981, también.
1980…la maldita viruela está erradicada. La vacuna dejó de ser necesaria en el planeta. Por una vez, y no la única, la humanidad lo hizo, lo hizo bien, conseguimos la utopía. Tal vez la mayor utopía de todas fue lograr un plan mundial en tiempos de guerra fría, aunar a tanta gente con tantos motivos para enfrentarse por el bien de los que vendrán después.

Bill Foege, un tipo alto (más de 2 metros) y tranquilo de Iowa, con gusto por el pensamiento divergente que acompaña de buenas maneras y la capacidad de transmitir su opinión elocuentemente pero sin ofender a nadie -gran cualidad que ya me gustaría tener- fue fundamental en esta erradicación. En 2011 publicó un libro sobre su experiencia House on Fire[12] en el que da varias claves para repetir esta utopía. Se puede lograr un objetivo mundial, pero para ello es necesario un plan de acción y una coalición en la que las partes sepan reprimir los egos individuales para centrarse en el objetivo común, y una mentalidad práctica pero optimista porque el pesimismo paraliza (Foege advierte explícitamente que no se deben incluir pesimistas en nómina cuando te enfrentas a un objetivo mundial).
¿Y por qué estoy hablando de utopías y de estrategias mundiales?¿Por qué he hablado de la viruela y de las ideas de Foege?
Porque me gustan los animales, y para los que sentimos pasión por la naturaleza es duro saber que estamos posiblemente en un proceso de extinción masiva y en una gran crisis ecológica. El pesimismo no sirve para nada aquí, pero menos el optimismo inconsciente. Necesitamos las ideas de Foege y la acción local por la cual también apostó él. Y saber que a pesar de la superficialidad y la tragedia con las que nos bombardean los medios de información y las redes contínuamente…lo hicimos…no es que acabáramos con la viruela…es que logramos cooperar mundialmente por un objetivo común.
Y no, la idea de hablar de la erradicación de la viruela para mentalizar de que las utopías en ocasiones son reales, y que tenemos que hablar de ecología, no es mía, es de Sean B. Carroll[13] y la cuenta en su libro Las leyes del Serengueti[14], un gran libro que merece la pena leer. Gracias a él puedo desenmascarar la intención conservacionista de este blog.
Si os ha gustado, dos euros para el pobrecito contador, y no olvideis que la conservación implica no sólo los espacios naturales sino la forma de vida de la gente que está en esas zonas, sin cuidarlos a ellos, tampoco podremos conseguir nada.
Notas al pie