viernes, 28 de septiembre de 2012

Torturando animales por diversión. Lo llaman fiesta

 Llega el momento en que Alicia no desea atravesar el espejo, y tiene que enfrentarse a su reflejo. Dorian Gray no destruye su retrato, se queda mirándolo, esa nueva mancha, ese rictus de crueldad, ese mohín de desprecio, ese reflejo de miedo. ¿Quienes somos?. ¿Qué es el espejo?. ¿Qué nos ha traído hasta aquí?.


Torturando animales por diversión

  El verano es un desfile de fiestas patronales en honor a todo tipo de santos y vírgenes. Los hay martires y los hay guerreros, las hay marineras y las hay dolientes con sus espadas clavadas por todo el cuerpo. O sea que se trata de gente en principio variopinta y con distintas aspiraciones vitalicias a la que se le debe suponer distintas preferencias en cuanto a los festejos que quieren que se les ofrezca. Pero no; a pesar de la variación de trajes regionales y de instrumentos, a pesar del fervor que se supone a cada localidad por su patrón, en algo estas fiestas son siempre lo mismo. Hay una gran comilona, o varias. Y en otro aspecto la gran mayoría se parecen atrozmente. Se maltrata animales, y lo más frecuente es que el maltrato llegue mucho más allá de la humillación, e incluso de la muerte; antes de matarlos hay que amedrentarlos, torturarlos durante un buen rato, hay que destrozarlos, hacerlos sangrar, hacerlos picadillo, que corra la sangre, que el animal acabe desrozado, decapitado, con las tripas fuera, escupiendo sangre, con los miembros destrozados.

A eso le llaman fiesta. Y lo subvencionan con dinero público. Este es mi pais.Me da asco.

  Estas fiestas, que se hacen en honor a algún santo o virgen, cobijan diversiones tales como:
corridas, encierros de toros, becerradas, toros arrojados al mar, toros con artilugios ardiendo en los cuernos, toros alanceados, toros ensogados, toros a los que se les clava infinidad de dardos decorados esperpénticamente y que terminan su vida por un tiro; jinetes montados en burro que tratan de descabezar aves, incluso con mordiscos en el cuello; espectáculos del degüello del cerdo, sin previo aturdimiento del animal como manda la ley, arrastrado a la mesa del sacrificio de un gancho insertado en la papada; la pava arrojada desde el campanario sobre la multitud; piñatas con puercos y gallos.
(Este compendio de barbaridades sádicas lo relató Alfonso Chillerón, presidente de la Asociación Nacional para la Protección y Bienestar de los Animales (ANPBA) en este artículo de animanaturalis
http://www.animanaturalis.org/p/1265/crueldad_animal_fiestas_barbaras).
No debe extrañar que estos  maltratos que provoquen las 800 denuncias al año de ANPBA sobre hechos constatados y probados por la Guardia Civil y que han sido el único freno a muchas de estas prácticas. Esto es muy importante destacarlo, porque ante cualquier protesta de los defensores de los animales, los "responsables" políticos de ahuspiciar y subvencionar estas atrocidades responden rápidamente que estos espectáculos están regidos por normas y su propio reglamento. Cómo coño no van a estarlo, si quieren hacerlos perdurar con todas estas denuncias. Pero con toda la
normativa que pretenden cumplir, lo primero que se saltan, a la torera, es el artículo 3 (contra el maltrato y la muerte cruenta) de la Declaración Universal de los Derechos del Animal, aprobada por la Unesco y la Onu.
  Estos espectáculos ocurren con el beneplácito de las autoridades políticas, y corren a cargo de impuestos municipales, cuando no están subvencionados. Las autoridades religiosas o bien hacen oídos sordos a esto ó participan de la diversión. son muy rarísimos los casos en que un párroco tiene una opinión en contra del maltrato brutal que se inflige a estos animales y mucho más raro es que la exprese abiertamente.
  Estos espectáculos, por supuesto, tienen su público y sus defensores. Entre ellos son realmente pintorescos algunos antropólogos que se hacen unas pajas mentales dignas de un post aparte y se quedan extasiados por los significados rituales que les atribuyen.
La razón más frecuente que se alude para mantenerlos, y en especial referrida a los festejos de pueblo que son los más crueles, tumultuosos y violento es precisamente el rito tradicional, el atavismo.

En esto sí estoy de acuerdo. Estos espectáculos sastifacen un instinto atávico, más antiguo que la especie humana, algo que podemos compartir con otras especies, la excitación al ver la sangre. La crueldad del espectador que anticipa una buena comida:



 o que descarga su más perversa furia con quien ha designado como intruso en su grupo:


No sé si los antropólogos que he mencionado serán capaces de encontrarle la simbología ritual a las acciones de estos videos; aunque me figuro que con la mentalidad estrecha que tienen de asignar las acciones de los hombres a ritos culturales no serán capaces de percibir el paralelismo.

 Hace tiempo que tenía pensado escribir un pequeño post mostrando estos videos de los chimpancés que tanto me recuerdan a los aficcionados a estos espectáculos. Iba a hablar un poco sobre los que se hace en tantos pueblos y dejarlo, porque el asunto no me gusta. Pero se me ocurrió documentarme mejor sobre los "festejos" y las corridas de toros, y las opiniones a favor y en contra, ver los videos que hay en las webs antitaurinas, leer sobre el burro de Peropalo...y me he ido cabreando, cabreando mucho contra todo esto, y contra mi por no haber dejado antes claro lo que me asquea todo esto. En definitiva que tengo material para varios posts más sobre todo lo que he ido mencionando que iré publicando. Porque no puedo callármelo más. Porque me lo quiero contar a mi misma ya de una vez.

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