domingo, 3 de noviembre de 2013

¿Qué sois, cazadores?

No hay nadie más convencido que un ignorante con un argumentario.
El de los cazadores está redactado hace mucho tiempo, se gestó en el campo, no en cualquier campo, en el de los sudores y los espinazos doblados, cuando se defendía la cosecha de la mala tierra, las malas hierbas...¿qué es una mala hierba?, cualquiera que no cultives, cualquiera; de los animales que se comían la cosecha, del ojo por ojo, y el que más mata más macho.
Mutó después en la décadas de España franquista, el cazador ya no defendía sólo lo suyo, era un protector de la naturaleza que luchaba contra las maligna alimañas. El cazador salía del entorno rural y saltaba a las páginas de deportes de la prensa. Se asociaban. Se convirtieron en clubes de señoritos, además de los pueblerinos anclados en la memoria de siglos pasados.
Los señoritos no sabían de campo ni de animales más que los de campo. Difícilmente distinguían cualquier especie que no les interesara. Los de campo estaban convencidos de saber todo de todo lo que hay que saber. Además estaban los furtivos, que eran listos, tremendamente inventivos, mataban el hambre, o la gula, con trampas y lazos, algunos de ellos obra maestra de ingenio, trampas en las que caía cualquier animal, y moría en poco o en mucho tiempo, lo que le importaba al furtivo trampero es hacerse con el bicho.
Todos ellos convencidos de que hacían lo que tenía que hacerse. Todos orgullosos de hacerlo, unos como bravucones de taberna y comilona, otro por lo bajo, de oído en oído, pero igualmente orgullosos.
Llegó el desarrollismo, después la democracia. La caza se convirtió en la aspiración de trabajadores clase media que miraban con envidia las comilonas de señoritos y pueblerinos, sus clubes, sus salidas, sus escopetas y el prestigio social que le atribuían. Médicos, abogados, fontaneros y ebanistas quisieron probar esta experiencia, se podían permitir los costes de las armas, las licencias, y algunos hasta quisieron hacerse con sus perros rastreadores. Creció el negocio de cría de perdices, cordonices, y qué sé yo, que se soltaban a volar libremente el mismo día en el que la horda de cazadores que había contratado la matanza, estaba apostada fuera para abatirlas. Los cmapos se convirtieron en ensalada de tiros los fines de semana, en temporada de caza.
Cada una de estas mutaciones ha añadido argumentos nuevos al ideario de defensa de la caza.
Que defienden el campo.
Que conocen el campo y los demás no.
Que controlan los predadores. Es decir, los matan.
Que controlan a los herbívoros, que sin ellos destrozarían toda brizna de hierba del campo. Irónicamente, antes se han cargado a todos los predadores que son los que controlan de forma natural la población de herbívoros.
Que defienden el medio ambiente. Sólo hace falta darse una vuelta por el campo en temporada de caza para ver los cartuchos abandonados donde han caído.
Que entienden de animales más que nadie. En realidad, apenas saben distinguir más de diez especies. Y muchas veces matan animales que están protegidos por el puro placer de matar. En cuanto al trato que les dan a sus animales...recordemos esos galgos alimentados con poco pan, a los que no dan de comer antes de las cacerías para que corran detrás de la presa, y a los que matan ahorcándolos. Pero ahorcándolos con regodeo, muchas veces les dejan las patas a ras de suelo, para que el animal  intente aferrarse a la tierra para librarse del lazo, añadiendo sadismo al sadismo, saña a la saña.

¿Quienes sois cazadores? , en este pais que os da los campos, que nos niega a todos los demás la posibilidad de andar seguros por los mismos en temporada de caza, os habeis creído vuestro propio argumentario. El espesjismo de autoridad moral que fomentan interesadamente las autoridades.
No sois capces de ver vuestra estupidez, cobardía, agresividad, fanatismo, saña, sadismo, y el peligro que generais.

4 comentarios:

  1. Nada mas cierto amiga ,por regla general los cazadores cazan no por necesidad si no por el placer de matar.....Que grado de valentía puede tener un ser humano armado de una escopeta calibre 12 o peor un rifle de alta potencia frente a un animal la mayoría de las veces indefenso y desprevenido.Si es por demostrar hombría un cuerpo a cuerpo ,hombre y animal va mejor pero no, la sangre suele excitarlos y matar es un placer.Que tristeza.Saludos Fidel y Merlina.

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    1. Es que encima se creen, están convencidos hasta la médula, que ellos saben de campo más que nadie, que son muy valerosos y que tienen un papel ecológico vital.
      Están respaldados por las asociaciones que les dan las reglaas básicas de lo que tienen que responder a cualquier crítica, les refuerzan su visión positiva de si mismos y no son capaces de plantearse nada.
      No son capaces de denunciar a los que abaten a cualquier animal protegido, ni a los que ponen veneno, ni a los que ahorcan galgos.
      Una tristeza. Un abrazo para Merlina y para ti.

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  2. ¡Que buena Iyuti!
    Agregaría alguna cosa de los cazadores, ahora que tengo las desgracia de verlos a menudo alrededor de mi aldea.
    Empiezan clavando los "cotos de caza" en un ser vivo, el árbol, ya empiezan mal con el respeto ala naturaleza.
    Llegan vestidos de rambos, pero con chalecos fosforescentes para no tirotearse entre ellos, en sus pedazos de todoterrenos y esperan comiendo y dejando siempre las latas y los restos de papel de aluminio de los bocatas por el suelo, dejan su huella bien evidente. Les gusta tanto la naturaleza, que suelen quedarse en el coche esperando mientras los rastreadores van con los perros a cercar al animal. Cuando ya está acorralado, les llaman por walki para dar la posición, entonces sacan sus super rifles y hala, a tirotearlo. Y vuelta a un bar a hacer otra comilona.
    y podría hablar de la corrupción de muchos guardas de las reservas, que me cuenta mi vecino cazador. Con el que hablo poco porque es un cenutrio, con mucho dinero y muchos conocidos poderosos.
    Magnifica entrada, me ha gustado mucho.
    tengo que leer todo lo que has escrito, que llevo retraso y no quiero perdérmelo
    un beso

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  3. Madre mía, que escribo mucho rechoncho, tú descansa, je, je. Me encanta que te haya gustado, pero es verdad que me faltan muchas cosas que contar. Y que tienes buen conocimiento de causa, porque estos fanfarrones están por todas partes, pero en tu aldea, de monte, abundan.

    Todo lo que dices es verdad y da una buena idea de cómo son esta gente. Lo que me ha llamado la atención es lo de los ojeadores con walki, me recuerda a los aviones que van a avistar las manadas de atunes para avisar a los barcos.
    Bueno, para quien aún crea que la caza es un deporte, que piense en esos ojeadores informando por walki, esto es simplemente tecnología y acoso y matar por gusto y para aparentar, fardar.

    A mi me han contado barbaridades como los bautizos de sangre, gente que lleva a chicos jóvenes para cazar algun animal grande -un jabalí, una cabra...-, luego hacen que el ayudante abra los cadáveres y manchan la cara de los chicos con la sangre del pobre animal. Lo consideran un ritual, se ponen como muy brutos, se dan muchos golpes de pecho y se jalean los unos a los otros. Y luego, por supuesto, al bar a ponerse hasta las orejas de lo que sea.

    Es que me dan asco, pero también mucha vergüenza ajena.

    Un abrazo.

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