Médicos, médicos, no os olvideis del paciente.

Médicos, médicos, no olvideis preguntar. Anamnésis se llama, antes de mandar la batería de pruebas. Incluso podeis llegar a sorprenderos, y el paciente sepa describir dónde le duele y desde cuándo.

Médicos, médicos, el proceso de diagnóstico puede ser peor que la enfermedad. Mandais al paciente a hacerse un rosario de pruebas...sutil manera de mandarlo a otra parte. Mientras el paciente consigue hacérselas, esto es concertar las citas, disponer del tiempo, a costa de horas de trabajo, la ayuda de otras personas y no sabeis qué más, está pasando el tiempo, y el paciente se queda como vino, sin saber qué tiene y sin tener tratamiento.

Médicos, médicos, ¿qué os cuesta aliviar?. Tan terrible es decir cómo aliviar el dolor o malestar del paciente mientras tiene que pasar el periodo desconcertante, es decir el tiempo entre la batería de pruebas y la nueva visita para que le interpreteis los resultados.

Médicos, médicos, y cuando por fin el paciente ha superado la prueba del periodo desconcertante, cómo, cómo, cómo es posible que concerteis citas para tanto tiempo después.

Médicos, médicos, y si resulta que una de las pruebas que le habeis prescrito no ha dado resultado...cómo le mandais con tanta alegría repetir otra vez todas las pruebas.

Médicos, médicos, cuando interpreteis el resultado...por fin...miradnos.

Porque médicos, médicos, con tanto equipo de diagnóstico, tanta batería de pruebas, tanta tecnología...os estais olvidando de explorar y de preguntar.

Tengo muchos casos a mi alrededor, pero el que más me está cabreando ahora mismo es el de mi amigo de 78 años que por fin ha conseguido superar el periodo desconcertante, con un diagnóstico de cáncer, y tiene cita con su médico...para dentro de SIETE meses.