lunes, 15 de agosto de 2016

El falso mito del gato del farero (3/3). Cuando se perdió la oportunidad de conservar a una especie

La historia de la extinción del Xenicus lyally en si es algo compleja, por lo que he decidido dedicar tres posts para exponerla. En el primero (El cuento, el pájaro y la isla) hablo del falso mito que tan extendido está en internet; y presento al pájaro y su hábitat, ya que es imprescindible para comprender por qué se extinguieron.

En el segundo hago (Crónica de una extinción) cuento de forma cronológica lo que sucedió; tal como está documentado por Galbreath y Brown (2004) y Medway (2004).

En este tercero (Cuando se perdió la oportunidad de salvar a una especie) entro en un análisis más detenido de los factores que componene esta historia, la pérdida de hábitat, la intervención humana y la intervención felina.



El Chochín de Stephens fue descubierto y se extinguió en la década de los 90 del siglo XIX. La colonización de Nueva Zelanda (bajo corona británica desde 1840) trajo un gran interés por el conocimiento, estudio y clasificación de su fauna; dicho estudio se realizaba fundamentalmente sobre especímenes, es decir. pieles, ejemplares conservados en alcohol, etc, para la mentalidad de la época, la caza de animales para su estudio y representación (la fotografía era cara y necesitaba tiempos largos de exposición; se realizaban ilustraciones naturalizadas a partir de animales muertos) se consideraba totalmente normal. Además había aficción a reunir colecciones de especímenes, por curiosidad o interés científico, o para su venta, ya que había coleccionistas muy dispuestos a pagar precios elevados por ejemplares curiosos. El naturalismo se entendía desde la recopilación de datos y material; el afán de reunir, clasificar, nombrar y mostrar las maravillas de las naturaleza se imponía sobre la noción, que ya existía en la época, de conservar las esepecies en su hábitat.

Ahora bien, sabían que las especies podían extinguirse; ya se conocían varios casos de extinción entre las aves neozelandesas en los años de expansión eurpea, y se sabía de la fragilidad de la fauna de las islas pequeñas.

El factor humano

El Xenicus lially estaba confinado en una isla diminuta de poco más de 2 kilómetros cuadrados. Durante el corto periodo en el que se cerró su suerte, en dicha isla habitaban 17 personas, incluídos los tres fareros y sus familias. Como se sabe, David Lyall, uno de los asistentes -no era el jefe- tenía conocimientos de ornitologia, y fue el que hizo llegar el primer especímen a Walter Rotschild, naturalista reconocido que vivía en Wellington. Pronto, el interés que suscitó la nueva especie hizo que los ejemplares que se obtenían se pagaran a un precio cada vez mayor por esta ave que nunca fue muy abundante.
Como los humanos no conseguían cazar al pajarillo por su cuenta, confiaban en las presas que aportaba el gato doméstico de una de las familias. Es obvio que el total de pájaros cazados para venderse a coleccionistas, que no excedió de 25 -se concervan 15 en museos-, no agotó la especie, y desde luego no pretendo dar a entender esto. Lo que sí que es importante es que los compradores de las pieles, que eran personas poderosas, no mostraran nunca interés en conservar un pajarillo que sabían que estaba extinguiéndose.

La gente de Stephens Island: 
Como se expuso en el post anterior, David Lyall, uno de los tres fareros de la isla, fue quien se dio cuenta de la rareza de los pajarillos que traía el gato, y después quien trató con Travers para conseguir el mayor número de especímenes posibles. Pero no fue el único que colaboró en la caza de pajarillos. El gato que traía los animales pertenecía a otra femilia, y en una de las batidas participaron varios habitantes de la isla. 


Los tres coleccionistas:
  • Walter Buller .- en las fechas de la aparición del Chochín, Walter Buller era una reconocido naturalista, experto en taxonomía y coleccionista de especímenes,  especializado en las aves de Nueva Zelanda. Su libro A history of the birds of New Zealand (1873, y versión ampliada en 1888) era una obra de referencia de las aves  neozelandesas. También era autor del Manual que consultaba Lyall para identificar las aves de Isla Stephens. Es muy importante destacar que además de el mayor experto en la avifauna neozelandesa de la época, Buller era muy consciente de su gran vulnerabilidad a la extinción. Él mismo había informado del declive del Piopio de Isla Norte (Tunagra tanagra) entre 1873 y 1888, ; describió al escasísimo Avetoro de Nueva Zelanda  (Ixobrychus novaezelandiae) que se avistó por última vez en la década de los 90; además parece muy probable que tuviera referencias del Koreke o Codorniz neozelandesa (Coturnix novaezelandiae), desaparecida a mediados de los 70, y de el Whēkau o Lechuza reidora (Sceloglaux albifacies), que había pasado de ser abundante a inicios de la colonización europea y era ya muy rara en los 80. (2)
  • Walter Rotschild : Sí, era un Rotschild, el segundo Barón de la dinastía, aunque en la época que nos importa era el joven heredero que a pesar de trabajaba sin ninguna vocación en el banco de la familia. Rotschild era un naturalista apasionado, había estudiado zoología y tenía perdilección por las aves, las mariposas y la taxonomía; como compesación a su vocación frustrada puso todo su interés en reunir una espectacular colección zoológica privada, que después pasó a ser museo privado. (3)
Con estos perfiles es fácil deducir que Buller y Rotschild, los taxónomos, quisieron reunir el máximo número posible de especímenes de esta especie desconocida. Y que el papel de conseguir los ejemplares le correspondió Lyall, como provedor y a Travers, como intermediario.
De hecho el único interés que mostraron tanto Buller como Rotschild en el Chochín de Stephens, durante toda esta época, fue el de sus estudio y en particular el de llevarse el honor de nombrar y describir una nueva especie (lo logró Rotschild, usando un truco muy poco honnorable; aunque el nombre propuesto por Buller es mucho más acertado); y ninguno de los dos demostró nunca la menor intención de salvar al pajarillo de la extinción (como ya he dicho conocían casos de extinción previa, sabían que era una especie confinada en una isla diminuta y para colmo, Travers mencionó por carta tanto a uno como a otro el riesgo de desaparición en corto plazo de los pajarillos. No cabe ninguna duda de que sabían que el animal desaparecería en poco tiempo, pero durante el periodo en que tuvieron noticias de él, su único fin fue lograr más ejemplares. 

La actuación humana, que siempre se silencia al contar los detalles de la extinción del pájaro, fue la de fomentar su caza, no actuar sobre los predadores introducidos por el hombre y no preocuparse por su extinción, salvo para echarle la culpa al gato. NO HICIERON NADA POR EVITAR LA EXTINCIÓN DEL PÁJARO.


El factor felino

Hay que distinguir entre dos tipos de actuaciones distintas. Por un lado estaba el gato que traía los pájaros a la casa del farero, que seguramente era un gato doméstico; y por otro la población de gatos ferales que se asentó en la isla al cabo de unos meses de funcionamiento del faro. 

El gato que traía los pájaros:

Lo único que se sabe sobre este gato es eso, que cazaba los pájaros y los llevaba a la vivienda de un farero.
  • No se sabe si era macho o hembra, cachorro o adulto.
  • No se sabe cómo se llamaba si es que tenía nombre, ni a quien se le ocurrió la gracieta de decir que el gato se llamaba Tibbles.
  • Es muy probable que fuera la mascota de una de las familias de los fareros, pero no la de Layall. (4). Es absurdo presumir que se tratara de un gato asilvestrado, ya que los gatos no le llevan una presa a nadie que no conozcan y mucho menos si se trata de un gato cimarrón que procura evitar el contacto con humanos por temor. O sea que se trataba de un gato doméstico que traía pájaros y al que seguramente se le recompensaba por hacerlo, para que trajera todos los posibles; no cabe pensar otra cosa ya que cuando el gato traía uno el dueño se lo daba a Lyall, quien a su vez se encargaba de hacérselo llegar a Travers para que negociara su venta al mejor precio posible.   
- ¿ Tenían más gatos los fareros? No se puede descartar, era una costumbre llevar gatos para controlar los ratones y ratas que venían con los barcos. En 1905 Walter Buller hizo una petición para que los fareros no llevaran gatos a las islas, y se los proveyera de traampas para roedores si fuera necesario. 
- ¿Cuántos pájaros trajo el gato? Que haya constancia dos, el primero que llamó la atención de Lyall, y que estudió Buller en 1894; y uno que comentó Travers que había traído vivo en febrero de 1895.
Ahora bien, lo más probable, dado que Travers sí comenta que no consiguió cazar al pájaro, que sólo lo habían visto con vida dos personas y que no tuvieron tiempo de matarlo, es que todos los ejemplares que se vendieron los trajera el gato.


Los gatos asilvestrados de la isla: 

Había gatos asilvestrados en Stephens (5); en esta época era muy normal llevar gatos para que cazaran los roedores que venían a las islas en los barcos, pero en este caso no ocurrió así ya que no había ratas en la isla (5). Lo más probable es que los habitantes trajeran al menos dos gatos. 
Por un lado está el gato que traía los pájaros del que he hablado antes, y que como ya he explicado era el gato de una de las familias de los fareros, pero no la de Lyall.
Por otro lado hay informes sobre una gata preñada que se escapó en la isla a mediados de febrero que se escapó a mediados de febrero de 1894, y que seguramente vino en un barco que atracó en Stephens entre el 17 y el 20 de febrero (5). Esta gata pudo dar origen a la población de gatos asilvestrados (5).

Para acabar de solucionar el enigma faltan dos piezas clave, cuántos gatos había en la isla y cuántos Xenicus había en la isla.


La pérdida de hábitat

El chochín perdió la mayor parte de su hábitat -desapareció de las islas principales de Nueva Zelanda- debido a la acción de la rata polinesia (Ratus exulans) que vino con los maories. Examinando la historia en su contexto amplio es lógico decir que el problema más importante vino por la exposición a una fauna para lo que no estaba preparado.
Pero si queremos restringir la desaparición del chochín a la isla de Stephens, como hacen los que cuentan el mito, habría analizar si tuvo alguna importancia la pérdida de hábitat en el periodo de su extinción.


Sé que esto es hilar muy fino, la transformación de la isla en este periodo del finales de la decada 90 del siglo XIX, las transformaciones fueron escasas, es cierto. Pero es chocante que se cuente y se acepte sin pestañear por tantos naturalistas que las bajas causadas por un solo gato fueron determinantes para acabar con la especie mientras que no se detienen a analizar cuál pudo ser la distribución del pajarillo en la isla, si era más abundante en unas zonas que en otras, si los clareados de arbustos que se hicieron influyeron en la cobertura vegetal que los protegía, etc. O sea, que están dispuestos a aceptar que un solo animal puede ser determinante para acabar con una especie entera, pero no que una pérdida de territorio pequeña pueda perjudicarles de forma significativa.
 Entre 1892 y 1898 se realizaron las siguientes transformaciones:
- Desembarcadero y camino de acceso a la zona del faro.
- Aclaramiento de la zona del faro y las construcciones.
- Construcción de un "tranvía"   manual con su rampa.
- Construcción del faro, vivienda de los trabajadores, pequeña granja para terneras y ovejas.
Construcción de un cercado, para lo que desbrozaron una pequeña zona.
y  Construcción de unas vallas para impedir que las terneras accedieran a los arbustos que había entre el faro y la vivienda del asistente principal del mismo. El objetivo era mantener la cubierta vegetal en esa zona, ya que el farero principal, Henaghan, se había dado cuenta de que el matorral se secaba en los margenes de los clareos (Medway, pág 207). (6)
Este último apunte me parece muy indicativo, la vegetación se secaba en los márgenes del aclarado, lo cual no es de extrañar dado que Stephens Island está sometida a fuertes vendavales que son mucho más dañinos sobre matorrales expuestos. Hay otro indicio que es muy interesante, unos de los constructores del faro, Ingram, propocionó una lista de aves que se podían ver en Stephens en el periodo 1892-3 (7), en que residió en la isla. (Es cierto que la relación de aves es de 1926, lo cual podría restarle credibilidad. Es cierto que no menciona al Xenicus lyalli sino "dos clases de chochines". Pero esta relación de Ingram se menciona en casi todas los estudios sobre la fauna de la isla, y si normalmente se le concede credibilidad, y se aceptan que unos de esos chochines era el de Chochín de Stephens, considero correcto hacer lo mismo). Esto parece indicar que el chochín de Stephens era relativamente fáicl de ver en aquella época. Después en el periodo de funcionamiento del faro, en 1895, Travers menciona que sólo dos personas lo han visto con vida...no resulta tan descabellado pensar que los aclarados de terreno si pudieron tener un impacto significativo sobre la población del Xenicus.

Entonces...¿Qué provocó la extinción del Chochín de Stephens de la isla de Stephens

Pues los tres factores juntos, la pérdida de hábitat, el predador introducido y la actuación y dejadez humana.
La pregunta que en realidad resulta interesante es la de cómo es posible que se borre la actuación humana de esta historia de extinción. ¿Qué ocasiona esta selección parcial de los hechos?.


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(1)[ Medway. Notornis 2004, pág 203]
(2) Fuente : Wikipedia, Lista de animales extintos de Nueva Zelanda. Para las descripciones he empleado los correspondienes artículos de Wikipedia en inglés.
(3) Fuente: Wikipedia, http://en.wikipedia.org/wiki/Walter_Rothschild,_2nd_Baron_Rothschild. Para dar una idea de la riqueza de dicha colección, cito del artículo referenciado "At its largest, Rothschild's collection included 300,000 bird skins, 200,000 birds' eggs, 2,250,000 butterflies, and 30,000 beetles, as well as thousands of specimens of mammals, reptiles, and fishes. They formed the largest zoological collection ever amassed by a private individual". Es difícil hacerse una idea de la cantidad de animales que tuvieron que matar para reunir esta colección. Como curiosidad, tuvo que vender la mayor parte de la colección al Museo Americano de Historia Natural en 1932, debido al chantaje de una mujer.
(4) Según informó Travers (en su carta a Rotschild de marzo 1895), cuando estuvo en la isla en febrero, "Mr Lyall´s boy gave me a specimen that have found alive by the owner of the cat that had caught the others", a pesar de que la carta se escribió en una época que ne la que disfrutaba mucho más con la retórica, la frase deja poca dudas de que el dueño del gato no es mr. Lyall, y que por supuesto, el gato tenía dueño.[ Medway. Notornis 2004, pág 203]
(5) Véase [ Medway. Notornis 2004, pág 203]
(6) Véase [ Medway. Notornis 2004, pág 207]
(7) Véase [ Medway. Notornis 2004, pág 202]
  

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