miércoles, 23 de junio de 2021

A vueltas con la J y la X, Méjico y México. Cuando la prensa infla polémicas para mantener entretenida a la gente

 Comienzo por decir que la historia de los mexicas no me importa demasiado, cada quien tiene sus gustos y el tema de los aztecas no me despierta interés. Si algo tenía, después de leerme los largos panegíricos de algunos indegenistas, se me gastó por aburrimiento.

Lo que me importa, y en este momento me provoca una curiosidad es la historia de la pronunciación y escritura de los términos mexica y México.

 

Una página de La Historia General de las cosas de Nueva España, publicada en transliteración del nahuátl por fray Benardino de Sahagún. El hombre también escribió el mismo códice en latín y español (oops, castellano)

martes, 15 de junio de 2021

Especies en anillo

 My Divorce Cost Me $17,695 — These Were the Most Surprising Expenses

La metáfora encaja mejor con la idea de un anillo roto. Puedes rodearlo hasta que se llega a la discontinuidad.

Son especies en las que las poblaciones se pueden reproducir entre sí a pesar de que hay barreras geográficas entre ellas -que no son completamente insalvables- hasta que llega el momento en que el anillo se rompe, en que una población dada no puede ya reproducirse con otra. 

Es un fenómeno excitante, para los biólogos también, en el que se puede ver la evolución jugando sus cartas, y logrando separar una especie en dos sin que haya aislamiento geográfico total. ¿Y dónde ponemos la barrera de separación entre estas dos poblaciones? Sabemos que los individuos que están a ambos lados de la mella del anillo no se reproducen entre sí, de acuerdo, pero ¿dónde se separaron ambas especies?, ¿cuál fue el fem´nómeno desencadenante?

Como era de esperar la mayor parte de las observaciones se han hecho sobre animales, pero también se han documentado casos en plantas. Aquí un bonito gráfico con salamandras:


 

martes, 8 de junio de 2021

Animales con dos cabezas

  Preparando (y amenazando con) las últimas entregas sobre las salamandras Ambystoma, hago una parada en una curiosidad biológica, una que nos resulta particularmente terrorífica. Me han comentado la posibilidad de hacer unos youtubes con este material, y me resulta tentadora, aunque también me da reparo poner mi imagen en ese medio, más sabiendo como sé que este tipo de contenidos no tienen mucho recorrido, hay más interés por la física y la historia que por la biología... aunque por otra parte, me apetece estar libre de las servidumbres que me ha generado la plataforma en la que estoy, y hacer algo más dinámico que entradas de blog (aparte de que el blog necesita reformas urgentes para adaptarse a una buena visualización por móvil).

martes, 1 de junio de 2021

¿Sacar una sociedad más justa de llamar niñas a un colectivo de niños y niñas, pluralizando en femenino?

Este es uno rapidito al hilo de un acontecimiento de esta semana, que he sabido que una tutora ha estado llamando a sus alumnos de primero de la ESO (un aula de un 50% de cada sexo) con el plural "chicas" durante todo el curso. Aunque ha sido así a lo largo del tiempo, alternaba esto con el otros usos, como decir un día "chicos y chicas", otro "chicos" para todos, y otros "chicas" para todos.

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Lenguaje inclusivo — Family First

De entre todos los usos del "lenguaje inclusivo" (1) en las aulas, el que más me ha llamado la atención y el que conozco más en primera persona, porque se lo han hecho a un niño muy cercano, es este, el de hablar en femenino para incluir a un colectivo de féminas y varones -colectivo equilibrado- cuando estos son claramente demasiado jóvenes para entender qué se quiere hacer con este empleo del plural.

Para exponer los puntos justos para que se entienda el caso, el colectivo es de pre y adolescentes de entre 11 y 13 años, y quien usa la palabra "chicas" para dirigirse a la totalidad del aula es su tutor. A ello se le añaden las circunstancias de que es por su iniciativa privada y que no responde a ningún debate planteado por los jóvenes, y que éstos no manejan la terminología necesaria como para debatir la ideneidad de este asunto, es decir que ni han planteado el asunto ni están aún en condiciones de discutirlo.

Esta es la situación, y me ha hecho preguntarme sobre qué es lo que quiere este tutor, o cualquier otra persona que aprovecha una cierta ventaja para emplear esta forma de plural. Insisto, me he preguntado exactamente esto, y no si el plural en masculino proviene de un pasado machista o varón-centrista o invisibiliza a las féminas (es decir, mujeres de cualquier edad), o si se debe alentar a las jóvenes a construir una sociedad más justa, porque de todo esto he hablado yo varias veces en Quora, y quien me haya leído sabe que pienso que sí, no tanto, y sí.

¿Sacaríamos una sociedad más justa para la generación Z y la T, actualmente menores de edad, forzando a los niños a aguantar que les llamen niñas desde una posición de fuerza?

Y aquí hay que distinguir dos aspectos. El primero es si el lenguaje, y esto no es un término sino todo un uso del plural, logra cambiar las mentes. Esto -que ya lo he discutido en comentarios con algunas personas- parece fácil puesto en abstracto, pero lo cierto es que no parte de nada concreto ni medido. Nadie puede demostrar el impacto exacto sobre el colectivo de una generación de féminas del uso de plural en masculino, puesto que este impacto es inconsciente, subjetivo, no expresado y dependiente de las circunstancias de cada una. De modo que la iniciativa de cambiar el género al plural ya se ve que no está fundada en nada objetivo ni demostrable.

Ahora bien, ¿qué consecuencias tiene esta imposición del plural en femenino? Pues por el caso que conozco, y muy bien, las consecuencias son que el grupo de chicos se ha desligado totalmente de las ideas de su tutor, le han puesto motes, se ríen de él, y no tienen ni la confianza suficiente como para decirle que les sienta mal.

Esta es la segunda parte de obligar a un grupo de alumnos a aguantar que los llamen "chicas", hay una imposición de fuerza, cosa de la que todos -por supuesto incluyendo a sus compañeras- se dan cuenta. Curiosamente la mayor parte de ellas han reaccionado empáticamente con ellos, y han pedido que no les llamen a ellos "chicas" (eso sí, se lo han pedido a otro profesor, porque ellas tampoco se han atrevido a hablar con su tutora, dado que son conscientes de que hay una coacción explícita en este uso de la palabra por parte de un docente).

En conclusión, hay un abuso de autoridad por parte de un tutor, una humillación explícita hacia los chicos, una falta de confianza para exponer el problema al propio profesor y todo esto parte de una idea que no se sostiene a poco que se la analice.


Con respecto a la expresión "lenguage inclusivo", si bien es la que se usa corrientemente, en este caso pienso que no hace una buena descripción del hecho de pluralizar en femenino.

Así que yo lo llamaría así, pluralizar en femenino, a lo bestia y a la fuerza.


Y lo que más me molesta es que se pierda el tiempo lectivo de estos chicos y chicas -un poco obligándoles a discutir sobre el sexo de los ángeles- habiendo problemas serios que abordar que estos psicologismos totalmente abstractos.