martes, 27 de mayo de 2014

Canciones para pintar, y para no hacerlo

Tener un momento de inspiración es sentir que puedes volar. O que la magia es un río que te entra por los pies. Te quieres mucho, cómo te alegras de conocerte, te felicitas, te sientes la mar de bien.

Pero para terminar un puñetero cuadro, con todos los errores que se pueden cometer, con la cantidad de veces que hay que echar marcha atrás y volver a comenzar eso que no salió bien, lo que hace falta es mucha, mucha paciencia. Y algo más, mantener esa chispa que te llevó a empezarlo, a pesar de que a ratos lo odias, a ratos romperías los pinceles y el lienzo, romperías el lienzo con los pinceles y quemarías lo que quedara en las hogueras de San Juan, ya te imaginas saltando por encima. Niños y niñas el proceso de pintar puede ser muy frustrante, y os puedo asegurar que dejas de quererte y te niegas el saludo por la calle muchas veces cuando te sientes así.
Si además, como es mi caso, se pinta sin copiar, pues es necesario buscar la forma de concentrarte rápidamente en lo que quieres hacer cada vez que te pones delante de él. Soy terriblemente lenta pintando, así que este proceso de revisitar el cuadro en marcha se repite demasiadas veces.

Es ahí donde necesito la música. Una canción que me ayude a salir del humor en el que esté y centrarme en lo que quiero poner en el lienzo, sea un gesto, una emoción o un color. Es una puerta mágica al dichoso estado mental en el que se ve, se tiene claro cómo avanzar en la imagen que quieres componer. La entrada en el pais de las maravillas. Alicia tenía al conejo blanco, yo necesito una canción.


Pero no vale cualquier canción, cualquier música. Unas te ponen de los nervios. Otras te desconcentran. O te desconciertan. O te llevan a un mundo happy happy en el que todo lo que te salen son bocetos de princesas Disney. Lo intenté con Across The Universe, de The Beatles, pero algo no iba bien. Es fantástica, es una obra de arte, pero es demasiado...psicodélica. Me sentía flotar en campos de gravedad cero entre preciosas montañas de plasma que olían a infinito. Quién se va a poner a pintar sintiéndose así. Me daban ganas de extender los brazos y levitar. O salir a la calle brincando al compás de unos bongos.  Porque las letras de George Harrison me hacen feliz, pero también me ponen de guasa socarrona, amiguitos, me recuerdan a Efi.

Para el cuadro que tengo en marcha he encontrado esta maravilla, Learning to Fly de Pink Floyd (pongo aquí el video pero a saber lo que dura en youtube, igual la semana que viene lo que aparece aquí abajo es una caja negra, pero confiemos, el video se mantendrá, es de esos que te dejan emocionado, y los de Pink Floyd están forrados, no les molestará demasiado esto):





La letra es tan sugerente. Into the distance...circling skies...ice is forming on the tips of my wings...Alicia sigue al conejo blanc, una buena entrada en el mundo de las maravillas. Además el álbum se llama Un momentáneo fallo de razón, que es justo lo que hace falta para ponerse a pintar estas cosas. Que gustarán o no, no está en mi mano, ni me interesa mucho.

Espero que me siga funcionando, porque me queda cuadro para rato.


Por cierto, casi todos mis dibujos llevan una canción asociada. Y soy tan pedorra que suele ser en inglés, casi todas. ¿Por qué?.  Sobre todo porque si se ponen de fondo, tienen la buena costumbre de permanecer así, en segundo plano. Si las oyes en tu idioma te atrapan demasiado la atención, como si fueran niños pidiendo helados, "a mi, a mi, a mi". En inglés tengo la ventaja de que no tengo por qué hacerles tanto caso, no las entiendo tan bien.
Y eso me lleva a pensar que los ingleses se pueden dar la vuelta al mundo oyendo únicamente música en inglés, como una folklorica que sólo escuchara copla en toda su vida. Pues lo que se pierden por no oir música en otros idiomas.

2 comentarios:

  1. ¿Eso es un dragón? mola, oye pues me gusta ese cuadro, en serio, no entiendo nada de pintura solo se si me gusta la sensación que me producen o no las imágenes y esa textura resulta muy reconfortante, no conocía esta vena tuya artista, creo que deberías confiar en ella.

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  2. XD. Yo de arte tampoco entiendo mucho.
    Como niña con zapatos nuevos me quedo ;). Mi idea es que el dragón muestre confianza, y sí, que sea reconfortante, no amenazante, a ver si consigo transmitirlo, todavía no lo he terminado. Me has dado una alegría.

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