Me pongo a pensar sobre el lenguaje, qué cosa más absurda (no sé si yo o pensar...)
Yo pienso muchas cosas.
Tú también, claro. Todos damos mucha importancia y mérito a lo que hacemos nosotros, frente a lo que hacen otros. De igual modo pensamos que lo nuestro exige más esfuerzo que lo ajeno.
Lo que quiero decir es que yo pienso muchas cosas a la vez, muy pocas de ellas van más allá de ideas muy superficiales, asociaciones mentales o intuiciones. Se me da mejor pensar de esta manera caótica, y mejor aún no pensar nada...pero entonces no escribo.
Así que se me pasan por la cabeza un montón de ideas -o lo que sea- tan rápido que no me doy cuenta de lo que son, y se van las muy joias antes de que tenga tiempo de pasar un ratito con ellas y conocernos mejor, que alguna parece maja. Total, que para hacer que se queden un momento he organizado una reunión, yo las dejo caer por aquí, más o menos según vayan viniendo, les organizo, eso sí, una merendola agradable, que siempre ayuda, y después le pongo al post la etiqueta de "Yo también tengo teorías abstrusas", - una buena forma de avisar que esto puede ser cualquier cosa-, y me quedo tan ancha como estaba, pero eso sí, más tranquila, porque tanto correr detrás de las ideas a ver qué pinta tienen me tenía bastante agotada.
Además, debo anunciar que por fin he superado los efectos soporíferos del post, y he logrado leermelo entero, después de diez o doce intentos, es totalmente cierto que poner tus ideas por escrito tranquiliza, y aletarga.
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Algo que me llama enormemente la atención es el lenguaje. No me gusta al mismo nivel que la naturaleza, nunca va a estar en el tope de las cosas que me atraigan, pero, por contra, está en todo. El lenguaje es comunicación y es yo, y es otros.
No es la unica forma de comunicación. En una conversación la mayor parte de la información no es articulada como palabras. El cuerpo transmite mucho, es el lenguaje de la postura, de los gestos, de las tensiones en los movimientos, las sensaciones que tenemos pueden a la vez abarcar más sentidos físicos. Y está ese...no se sabe qué, pero que es como un roce en la espalda, o un respingo, algo que no sabes describir pero que te atrae o te repele de alguiene. Todo eso está en nuestra forma de comunicarnos cuando es posible establecer algún nivel de contacto físico.
El lenguaje es a la vez poder e ilusión
Sin embargo el lenguaje es lo único que tenemos a través de un medio escrito, y es la forma más rica, compleja y elaborada de transmitir eso, nociones complejas.
Su poder es inmenso. La idea que tenemos sobre su poder...algo ilusoria.
Voy con lo segundo, con la ilusión, el lenguaje siempre va a ser incompleto para transmitir nuestro mundo interior, y también para describir cualquier tipo de situación. Porque en ambos casos estamos sometidos a muchas sensaciones, estímulos y vivencias que se están desarrollando en ese intervalo de tiempo suficientemente pequeño como para que nos parezcan simultáneas. Y el lenguaje es terriblemente lineal. Palabra tras palabra, frase tras frase. Se puede elegir lo que quieres destacar, pero ese momento vivido o sentido es la almagama de muchos elementos, que no es posible transmitir. Aunque uno fuera capaz de identificarlos y describirlos, el tiempo necesario para hacerlo es demasiado largo, el oyente lo captará como una secuencia, no como una simultaneidad (suponiendo que el oyente tuviera la inmensa paciencia de atender a todo lo que dijeras).
Además, hablar y escuchar, escribir y leer son actividades que requieren de un nivel de intelectualización que no se tiene cuando uno está "sintiendo" o "percibiendo" algo. Siempre habrá un sesgo entre lo que uno intuye y lo que logra explicar.
Es importante esforzarse en contar las cosas, describir las cosas, ser honrado con lo que se quiere transmitir. Más que importante, es vital que vayamos aprendiendo a hacerlo ya. Quien se deja hechizar por los trucos que puede generar el lenguaje suele pagarlo traicionando lo que quiere contar.
Pero siempre habrá ese sesgo entre lo que se siente y lo que se cuenta, por mucho esmero que ponga uno en ser sincero. El lenguaje no puede recrear la vivencia tal como es.
* Cuidado con las metáforas
Sobre el poder de las palabras digamos no hubiéramos llegado a ser lo que somos sin un lenguaje articulado. Por
supuesto que sabemos el efecto tan catártico que se puede provocar en el oyente.
Los modos de manipular al oyente son numerosos y complejos, pero a la vez fáciles de imitar.
Muchos autores y aficcionados a la escritura son fanáticos de la metáfora. A mi me inspira mucha desconfianza, en ocasiones abierta antipatía. Si no se señalan bien los límites de la metáfora, puede inducir a interpretar algo que no tiene nada que ver con lo que a primera vista parece que se quiere decir. Puede que se haga con este fin, pero es la herramienta del cobarde, tirar la piedra y esconder la mano. Cuando los escritos pretenden hablar de hechos probados, y mucho más cuando se supone que hablan de ciencia, la metáfora puede ser terriblemente peligrosa.
Mi ejemplo preferido de uso interesado de una metáfora poderosa a bocajarro es "El gen egoísta". Tiene todos los ingredientes:
- Consigue llamar la atención. El título del libro se queda en la cabeza, o que es muy importante cuando tu nombre no resulta muy conocido.
- Se trata de un libro de divulgación de ciencia, campo en el que se ha de tener un cuidado minucioso con la selección de palabras que se emplea, donde es verdaderamente importante saber describir y acotar los conceptos e ideas que se quieren transmitir. En lugar de ello, el título te asesta una metáfora sin previo aviso.
- La metáfora en si se limita a transmitir una idea sobre los genes, pero es fácil de extender a cada una de las ideas asociadas con los seres vivos. Cuanto más poderoso sea el que saca esta conclusión, mayor peligro puede general su actuación.
Jeff Skilling fue el jefe supremo de Enron, un difunto gigante del suministro energético con sede en Texas, famoso por inventar toda clase de fraudes de mercado. Cayó en bancarrota en 2001.
La filosofía personal de Skilling estaba muy ionfluida por el libro de Dawkins, precisamente, El gen egoísta.
No pretendo decir que el mercado del suministro energético sea un campo de malvas, ni que Skilling fuera tan estúpido como para no darse cuenta de que el t´tulo del libro es una frase hueca en su sentido literal. Pero sí que esta metáfora es tan fácil de recordar, y tan poderosa en su extrema sencillez, lo que Dawkins diria un meme de éxito, que puede convertirse en un automatismo mental inconsciente.
- Dawkins se ha molestado mucho en decir que sólo es una metáfora...años después de que su libro fuera un bestseller y revolucionara las ideas de una generación de lectores.
He puesto este ejemplo porque es el más extremo, pero la Biología es una ciencia plagada de metáforas. En temas evolutivos es frecuente hablar de e los seres vivos como si hubieran tenido la intención de evolucionar como lo hicieron, y el poder de hacerlo hubiera sido algo intrínseco a ellos:
Las aves desarrollaron alas y los delfines aletas.
Las hembras eligieron una estrategia -celular- reproductiva y los machos otra.
En una categoría distinta está la metáfora o el símil explicativos. Este es más que frecuente en divulgación biológica, y muy especialemente cuando se habla de evolución o bases del proceso cognoscitivo, pero al menos tienen la gran deferencia de dejar muy clarito de que están hablando con comparaciones al carecer de un lenguaje propio de la biología que explique estos procesos:
- Dawkins usa la imagen de los genes como unidades
informacionales de materia molecular que se arman máquinas para su
pervivencia y replicación.
- Margulis imagina las organelas como
organismos que viven juntos en simbiósis.
- Gould habla de la cinta de la vida.
- Sheldrake piensa en una radio que sintoniza
distintas emisiones de un campo radial.
- Los neodarwinistas hablan de
paisajes adaptativos.
- Waddington de paisaje epigenético.
- De Waal denomina teoría de la Veladura a la idea de que la moral es sólo un barniz muy superficial en los seres humanos intrínsicamente egoístas.
(Para hacer esta enumeración he recurrido a este post de El Logos de la Vida que me parece muy acertado)
Este tipo de asociaciones no me parecen tan peligrosas. Pueden ser pintorescas, curiosas, desafortunadas, tristes, descabelladas...pero no tienen el peligro intrinseco de que se las confunda con la realidad, ni se las tome literalmente.
La metáfora tiene campo abierto en la literatura, puede ser tremendamente bella. Pero, insisto, es peligrosa, y es traicionera. Para quien la lee, pero también puede serlo para quien la usa. Yo no soporto a los divulgadores, - ni a los novelistas, puestos a decirlo todo- que se maravillan tanto con el poder sugestivo del lenguaje que olvidan el objeto principal de lo que hacen, que es contar algo con sentido, sin sugerir nada arteramente.
* Manipulaciones sutiles mediante la elección de las palabras
Un elemento más de manipulación que no es estrictamente la metáfora, es el uso de palabras que conllevan una carga emocional. Ahora está muy de moda la expresión "fracasar la lactancia". La lactancia dura, o no dura, es buena o duele...pero si fracasa, el peso del verbo se traslada a la persona. Cuidado. Esa palabra no es nada inocua, es muy intencionada.
* Consecuencias del encuentro de culturas e idiomas
Pero hay cosas que ocurren por la mezcla de idiomas y de culturas, sin que tengan mucho que ver con las intenciones de quien usa esas expresiones.
Por ejemplo, en nuestras costas el perdonar ha sido siempre dirimir, exculpar a algo o a alguien. Ahora, por influencia de filosofías orientales -que están muy bien, pero no se han creado en nuestra cultura-, se ha investido a la palabra perdón tambien con el sentido de dejar de sentir rabia por el acto, perder el rencor. Insisto, no tengo nada contra la filosofía, que me parece muy sabia, pero es de otras costas. Mezclar ambos sentidos en la palabra perdón sin ninguna aclaración previa es terriblemente desconcertante. Y es lo que hacen los psicólogos de tertulieta, van a un programa de televisión y se ponen a hablar tranquilamente de la necesidad de perdonar para superar. Pueden cabrear mucho. Ojo.
*Cuando el hablante y el oyente no tienen el mismo contexto mental
El idioma, el lenguaje, las palabras...hastan donde pueden llegar cuando se las priva de contexto. Los poemas, buena fuente para transmitir historias, moralejas y ocurrencias, pero también el terreno preferido para el uso de las palabras por si mismas. A veces quieren recrear sensaciones, o evocar emociones de determinados momentos. Recurso eficaz para llegar al ánimo del oyente, o lector. Se le puede angustiar, alegrar, hacer sentir un profundo odio...si no hay contexto, si no hay explicación, hacia qué dirigirá el lector todas estas emociones.
Puede ocurrir justo lo contrario, alguien cuenta un poema buscando una reacción emocional en el oyente, pero para el oyente sólo son palabras. No tiene nada en sus vivencias para apreciar qué es lo que pretende evocar, sin decirlo, el dichoso poema. No sabe sobre antiguas carencias o rencores o frios o miedos. Y el que cuenta el poemita no sabe, o está embargado por la emoción y no se da cuenta de que hay que poner al oyente en antecedentes.
* El sexismo como ejemplo de que el idioma viene cargado de un trasfondo mental
De lo que no he hablado es de el significado distinto de las palabritas según sean masculinas o femeninas, ni de como el plural se traga todo lo femenino. . Dejaré este asunto del sexismo para otra ocasión, sólo quiero llamar la atención una vez más sobre que el idioma arropa una mentalidad, la transmite, la impone, la insinúa, la graba en el inconsciente. No es neutro, no es inocuo.
* Si ya es difícil contar las cosas con honestidad y precisión, y hacerlas entender, para colmo, encima, despreciamos al que se expresa bien. No aprendemos a usar nuestro propio lenguaje, a entenderlo, a buscar una forma de expresión propia, calmada, educada y bella, en este lado del Atlántico.
* Además no se nos enseña a oratoria. Y buena falta que nos hace. La mayor parte de la gente no sabe siquiera exponer su punto de vista, ni tiene paciencia para esperar a que otro se explique.
* ¿Es el lenguaje la configuración mental del yo, de la identidad? Me da que no, es una parte del yo humano, y una herramienta de la configuración cultural de esa identidad, pero no lo es todo. No lo argumento, no se me ocurre cómo.
Palabras. Idioma. Lenguaje.
Poderoso y sobreestimado. Cuidado.
Y bueno, hasta aquí he llegado. No me da la cabeza para más.