La realidad es compleja, caótica y realmente interesante.
El gen SRY
, un gen localizado en la región no recombinante del cromosoma Y, lo lleva en el nombre (Sex Determining Region Y, Región determinante del sexo en el cromosoma Y) es el gen más importante para que un embrión humano -y de muchos otros mamíferos- desarrolle caracteres masculinos. Comienza la diferenciación de las gónadas primordiales del futuro varón hacia testículos hacia la séptima semana de gestación. SRY, por supuesto, actúa también como activador de otros genes importantes que influyen en el desarrollo de los caracteres masculinos en el embrión, entre ellos el llamado gen SOX) que nos dará una gran sorpresa un poco más abajo.
Un gen clave que se descubrió en 1990, pero que se había anticipado mucho antes, los genetistas llevaban décadas buscando el factor primordial que desencadenara el desarrollo de caracteres masculinos en el cromosoma Y. Porque veían todo con la mentalidad de que los mamíferos, el ser humano incluído, evolucionan a hembras si no hay ningún factor biológico -genético y hormonal- que inhiba este desarrollo.
Quiero llamar la atención sobre un punto que se suele pasar por alto, para obtener unos genitales femeninos a partir de los tejidos embrionales primordiales, no sólo se produce el desarrollo de algunas estructuras, los labios, agrandamiento de la apertura urogenital, sino que además hay atrofia de ciertos conductos
. Es decir, si lo normal y directo fuera “a hembra” no sería necesario atrofiar ningún tejido, y esto nos indica que el embrión primigenio es más ambivalente de lo que pensamos, y que el proceso de “formación” de una futura hembra mucho más activo de lo que se suele decir.
Varones XX
Pues bien, la realidad echa a perder el mejor y más perfecto de los modelos de pensamiento teórico. Y en este caso la realidad son numerosos fenómenos de intersexualidad de que se dan en la especie humana (según tengo entendido hay 50 posibles orígenes genéticos/cromosómicos de la intersexualidad).
En este punto nos interesa muy especialmente el hecho de que hay varones XX, es decir su genitalia se corresponde -en gran medida- a la de un varón, pero sus cromosomas sexuales son X los dos. Se suele denominar Síndrome de la Chapelle
, dejo este grádico para mostrar los signos de masculinización que tienen:
Algunos casos de intersexualidad 46XX se explican por que uno de los dos cromosomas X tiene adherido un segmento de cromosoma Y que lleva el gen SRY (como el SRY diferencia las gónadas hacia varón, el asunto es fácil de entender) pero esto sólo explica en alrededor de un 80% de varones 46XX
. ¿Qué ocurre en el otro 20%?
- La duplicación de las zonas intensificadoras de la actividad del SOX9:
identificó varias regiones intensificadoras de la expresión de SOX9 en humanos que cuando son duplicadas o eliminadas dan lugar a una reversión del sexo y llevan a que individuos 46XX se desarrollen como varones e individuos 46XY se desarrollen como mujeres. Es decir, si estas regiones están duplicadas podemos tener un varón 46XX, con dos cromosomas X normales; en ausencia total del gen SRY. Si estas regiones están ausentes, tenemos una hembra 46XY, a pesar de tener el gen SRY.
- La inactivación del gen DAX1
- en el cromosoma X. Este gen reprime la masculinización de los tejidos, es un gen “antimacho” o “prohembra”. Se ha propuesto que la mutación del gen DAX1 como explicación de algunos casos de intersexualidad 46XX.
O sea, hay genes antimacho y antihembra en nuestro genoma.
Un gen para mantener a una hembra adulta como hembra adulta:
Otro descubrimiento reciente que viene a revolucionar nuestro entendimiento de los sexos es lo que hace el gen FOXL2. Si FOX9 se puede describir como un gen antihembra, FOXL2
es un gen prohembra. Según uno de los autores del estudioen el que se describió la vida privada de este gen:
Tomamos por cierto que mantenemos el sexo con el que nacemos, incluyendo si tenemos testísuclos u ovarios. Pero este trabajo muestra que la actividad de un solo gen, el FOXL2, es todo lo que impide a las células de los ovarios adultos convertirse en las células que encontramos en los testículos.
Estos dos casos que he mencionado (fenotipo masculino, genotipo 46XX ; y que necesitamos la actividad de un gen para que las células del ovario maduro sigan siendo células ováricas corroentes) junto con muchos casos más nos hacen pensar en una nueva forma de ver nuestro desarrollo sexual, uno mucho más activo en el que el resultado “hembra” no viene de la inercia genética de los mamíferos, sino que es también un proceso activo. En palabras
de Eric Vialin, un experto en intersexualidad, jefe de la dvisión de genética médica en UCLA:
Durante mucho tiempo pensamos que SRY activaría una cascada de genes masculinos. Resulta que la vía de determinación del sexo es probablemente más complicada y, de hecho, SRY puede inhibir algunos genes anti-masculinos.
La idea es que, en lugar de tener un mecanismo simplista mediante el cual usted tenga genes pro-masculinos para hacer un macho, de hecho, existe un sólido equilibrio entre los genes pro-masculinos y los genes anti-masculinos y, si hay algo, demasiado. gran parte de los genes anti-masculinos, puede nacer una mujer [a pesar de ser XY] y si hay un poco de genes pro-masculinos, entonces nacerá un hombre [a pesar de ser XX].
Estamos ingresando a esta nueva era en la biología molecular de la determinación del sexo, en la que es una dosis más sutil de genes, algunos pro varones, algunas pro hembras, algunos anti machos, algunas anti hembras que interactúan entre sí en lugar de un camino lineal simple de genes que van uno tras otro, lo que lo hace muy fascinante pero muy complicado de estudiar.
Muy interesante para aquellos que quieran aprender algo más sobre esto:
Unit 11 Biology of Sex and Gender: Expert Interview Transcripts
Acerca de la intersexualidad humana:
Pero no todos los mamíferos son humanos, y algunos tienen fenómenos de diferenciación sexual completamente diferentes al nuestro. En este sentido destacan los mamíferos que tienen un sistema de diferenciación sexual regido por los cromosomas XX (hembra) y X0 (macho, 0 indica la ausencia de cromosoma, estos machos sólo tienen un cromosoma sexual, un X), tales como okudaia osimensis, la rata espinosa de Japón:
)
excelente, refleja para mí nuestro pasado evolutivo en donde no siempre el gen Y fue el factor de masculinización más importante, como el caso de Xo que mencionas del Tokudala osimensis en sus dos ssp y saliéndome también de los synápsidos pues sin diderenciación de XX pero con activación en la nidada de genes masculinizantes o feminizantes o hasta casos donde el cromosoma que pierde material genético y es un equivalente a "Y" es el que determina para femenino como en las aves.... o incluso llegando más "atrás" de los terápodos, una sexualidad que puede ser dada por factores biológicos que dependen del estatus social, la densidad de población, etc... Muy buen artículo
ResponderEliminarHola, gracias por el comentario! Me alegra que te haya interesado. Me cuentas cosas que me interesan, aunque no conozco bien, sin embargo es bastante llamativo que de una cierta libertad para cambiar de sexo que no es rara en peces, algunos tipos de reptiles, y por lo que me comentas en sinápsidos, pasemos a lo que tenemos en aves y mamíferos, que efectivamente tenemos la suerte echada al nacer y no hay posibilidad de cambio genético. De hecho es algo llamativo la poca versatilidad para el cambio en otros factores de muchos mamíferos, como que en general nos afecta mucho más una alteración en el número cromosómico que a otros grupos.
ResponderEliminarasí es Irenita, Así es
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