Desde 2015, posiblemente antes, Nature y Scientifc American, dos importante revistas de divulgación científica han publicado artículos de opinión -es importante aclarar que no se trata estudios revisados por pares- que ponen en duda o niegan que haya únicamente dos sexos en humanos.
Estos artículos siempre usan los mismos argumentos, comienzan diciendo que hay gente que se sale de lo convencional respecto a los cromosomas sexuales y/o los genitales, para acabar argumentando que hay un espectro contínuo de personas entre los dos sexos; es decir que siempre hablan de personas afectadas por algún tipo de DSD usándolas como comodín para intentar desmontar el concepto de sexo, algo que no tiene nada que ver con estas personas.
Es el caso del artículo publicado en el Scientific American , el 13 de junio de 2019, con un título que más que tal, es una orden: "Stop Using Phony Science to Justify Transphobia" (Paren de usar ciencia falsa para justificar la transfobia). Es obra de Simon(é) D Sun, quien estaba realizando un doctorado en neurociencias, lo que implica que debe tener un conocimiento sólido en biología. También se identifica como mujer trans, "she, they" (mtf) y lo expongo porque su implicaciones subjetivas en este asunto han erosionado su objetividad en más de una línea del artículo.
Pongo esta foto como homenaje a tantos padres que han hecho lo mejor posible para criar y proteger a sus hijos afectados por algún tipo de DSD.
Sun divide el post en tres partes, en las que quiere explicar la experiencia transgénero: Genética, neurobiología y endocrinología.
Primera Parte: Genética
Sun mezcla sin orden las palabras sexo y género, a pesar de que por su experiencia como estudiante de biología debe saber la enorme diferencia entre ambas (la primera se refiere a unos rasgos físicos, y está bien definida. La segunda nadie sabe con claridad lo que es, pero sí que está vinculada con características psicológicas). En este apartado usa la palabra sexo contínuamente.
Según la autora, la explicación de que el sexo se determina por el par XX/XY es una "simplificación manida". Ya comenté en el post anterior que esto es así en más del 99,98% de los casos; en el resto estamos hablando de cuadros clínicos dentro del espectro de Diferencias del Desarrollo Sexual.Y es curioso que introduce el asunto como si el conocimiento de estas DSDs fuera nuevo, como si fuera a poner todo lo que sabemos patas arriba... cuando el síndrome de Turner (enmarcado dentro de las DSDs) se describió en los años 30 del siglo XX.
A continuación explica un poco del comienzo de diferenciación sexual desde unas gónadas primordiales bipotenciales hasta ovarios o testículos, alrededor de las 5-7 semanas de gestación. Entresaco algunas frases que muestran su estilo peculiar:
- "La verdad es que tu sexo biológico no es fijo, sino es un sistema vivo con el potencial de cambiar"
Esto es falso. En general, si tienes un gen SRY, eres hombre. Si no lo tienes, eres mujer. Salvo unas contadísimas excepciones en las que por otras mutaciones, la diferenciación se produce de otra forma . Para poner las cosas en perspectiva, como ya he dicho hay un 0,018% de personas que presentan ciertas ambigüedades sexuales, y de entre ellas, menos del 10% tienen genitales masculinos a pesar de carecer de gen SRY; es decir menos del 0,00018% del total de la humanidad. Frente a esto, la anolftamia (anomalía congénita por la que los bebés nacen con un ojo o los dos sin formar) tiene alrededor del doble de frecuencia, y a nadie se le ha ocurrido decir que el número de ojos de los humanos es un espectro entre 1 y 2, porque dicha conclusión es absurda.
- "Las células [de las glándulas primordiales] tienen el potencial de transformarse en testículos, ovarios, o ninguno de los dos"
No, tampoco es cierto que estas células "tengan un potencial de transformarse en algo que no sean ovarios o testículos". Lo que ocurre es, de nuevo, que ciertas mutaciones o anomalías cromosómicas provocan cambios en el desarrollo de estas glándulas.
- "genes como el DMRT1 y el FOXL2 mantienen ciertas características sexuales durante la edad adulta. Si estos genes dejan de funcionar, las gónadas pueden cambiar y exhibir características del sexo opuesto"
Esto, directamente, no es verdad. Únicamente se han hecho experimentos con ingeniería genética en ratones adultos, desactivando estos genes, pero no ocurre en humanos adultos, de modo que la imagen es totalmente falsa. Una vez las gónadas ya han cambiado a ovarios o testículos, nunca revierten su naturaleza en la otra dirección contraria; ni en el embrión, ni en el feto, ni mucho menos posteriormente al nacimiento. DMRT1 y FOXL2 son genes necesarios para el mantenimiento de las células de os testículos (DMRT1) o los ovarios (FOXL2) en el desarrollo embrionario. En el caso de tener un gen DMRT1 deficiente, por mutaciones, la gónada para de diferenciarse hacia testículo y se desarrolla como ovario. En el caso del FOXL2, la cosa es más complicada, hay algún estudio de testículos en pecfes cebra con el FOXL2 mutado. Es decir, potencialmente podría ocurrir, pero no encuentro ningún reporte en personas.
Ahora bien, ¿para qué nos ha dado Sun este curioso paseo por el mundo de las DSD? Pues la inmensa mayoría de las personas que se declaran como trans (ya sea transexualas o transgénero) no tienen ningún tipo de ambiüedad en sus genitales. En un estudio realizado a 368 trans, el 97,55% eran 46XX o 46XY, y tan solo 3 presentaban síndorme de Klinelfelter [1][2]. Usar las anomalías cromosómicas o genéticas para "explicar la experiencias de las personas transgénero" es muy deshonesto. Pero además es inmoral con las personas con DSD, un colectivo mucho más vulnerable que las personas trans, a las que se usa como simple comodín en esta batalla para deconstruir el sexo en la que se han involucrado tantos activistas pro-trans.
Segunda parte: Neurobiología
En el párrafo inicial explica que hay características que presentan dimorfismo sexual en cerebros de hombres y mujeres. En general, hay consenso en que hay diferencias medias entre la anatomía cerebral femenina y la masculina, y algún estudio, hecho con pocos sujetos, apunta que se puede adivinar el sexo de la persona (con más de un 97% de aciertos) observando el conjunto de la morfología de su cerebro; obviamente esto ocurre post mortem[3], de modo que no apuestes nada sobre si adivinan algo con tu cerebro, no te vas a enterar.
Interesantemente, después de haber dicho que el cerebro no es binario, explica que experimentos con personas trans hallaron que tienen valores entre los dos sexos, o más similares al sexo sentido; este es un argumento muy estimado por el colectivo trans. Sin embargo, estos estudios se realizaron con muy pocas personas, sin grupo de control, y hay otros estudios que contradicen parte de las conclusiones. Por ejemplo, según otros papers, hay personas homosexuales (no trans) que presentan características comunes con el sexo opuesto también; y según otros, la semejanza de las personas trans aumenta después del tratamiento hormonal de "afirmación de género". Quien quiera pasar un rato estudiando todas las contradicciones que tienen estos estudios, puede entretenerse en esta web (pro trans); también puede examinar una crítica a estos estudios aquí.
Sea como sea, el hecho de que el cerebro de las personas trans tenga ciertas diferencias con el de las personas que no lo son, no implica de ninguna manera que estas personas pertenezcan al sexo con el que se identifican (o que estén en un espectro entre medias). El cerebro no es un órgano sexual, de modo que esto está fuera de duda. Es como argumentar que un hombre de hombros estrechos es una mujer, porque tiene una característica que se da más entre las mujeres.
En el caso, lejos de demostrarse aún, de que existiera alguna estructura cerebral que fuera base de la identidad de género, y que las personas trans la tuvieran similar a la de su sexo sentido, esto dejaría el asunto como un tipo de DSD más, e implicaría que su frecuencia sería extraordinariamente baja en la población y bastante constante al tener un origen genético. Sería entonces mucho más difícil de entender que la tasa de personas que se declaran trans se haya multiplicado por 28 en Andalucía, en el siglo XXI, y cómo es que la industria de la identidad de género haya multiplicado su facturación por 375 en 5 años, llegando a los 3 billones de euros.
Tercera parte: Endocrinología
Aquí la autora expone que las hormonas no varían tanto entre sexos como se cuenta, y es el apartado más engañoso de todos.
Comienza exponiendo que las hormonas no se pueden limitar a la idea "pubescente" de testoterona equivale a masculino y estrógeno a femenino. Cualquiera que haya leído un artículo serio de fisiología, y no Teen Vogue, sabe que las cosas no se cuentan así, que la fisiología es muy enreversada y que si te enfocas en una sola hormona, no comprendes nada del funcionamiento de el desarrollo sexual, el crecimiento, la digestión ni cualquier otro proceso mediado por hormonas.
A continuación dice que las diferencias entre sexos en adultos en tres estrógenos, progesterona y testoterona no son tan altas como se piensa popularmente (supongo que Sun se refiere al lector medio de Teen Vogue, como ya he dicho antes nadie que se haya interesado por la fisiología piensa que esto sea tan simple). Tanto hombres como mujeres están expuestos a estas tres hormonas, pero su distribución en ambos sexos, a lo largo de la vida adulta, está marcada por el sexo; es decir que está claro el dimorfismo sexual en estas hormonas:
Testoterona
La testoterona es siempre más alta en hombres que en mujeres, sin excepciones (bueno, cuando tengamos resultados para más de 20 adultos que superen los 120 años de edad, tal vez nos hagamos otra idea). Los picos de testoterona marcan procesos importantes en la vida del hombre como son la diferenciación de las gónadas, y la pubertad. Menos conocido es que los bebés varones experimentan un pequeño pico de testoterona hasta los seis meses de edad, aproximadamente.
Estrógenos
Igual que con la testoterona, la producción media de estrógenos a lo largo de la vida sigue un patrón diferente en mujeres y hombres, es un factor asociado al dimorfismo sexual. La fuente principal de estrógenos para mujeres son los ovarios, mientras que en hombres el 80% de su producción de testorena procede de la grasa, huesos y cerebro, y el 20% restante procede de los testículos (sorprendetemente). Al pasar por la menopausia las mujeres agotan su reserva ovárica, razón por la que pueden tener menos estrógenos en suero que los hombres de su misma edad. Como he señalado varias veces, en fisiología los datos aislados inducen a errores muy graves de entendimiento.
Progesterona
Sun, de nuevo, recurre a una redacción engañosa para inducir la idea de que los niveles medios de progesterona en mujeres no embarazadas y hombres es similar. Esto es falso por completo, pero hay que tener en cuenta que en las mujeres en edad fértil, la progesterona sigue un ritmo de producción cíclico, que no es otro que el ritmo del ciclo menstrual.
Porque para entender la producción hormonal de las mujeres, es imprescindible, hablar del ciclo menstrual, cosa que Sun nunca hace. Si se omite esto, se induce al error (o engaño intencionado) de que estas hormonas actúan de igual manera en ambos sexos, cuando en las mujeres en edad fértiles la coreografía de picos y bajadas de hormonas es clave para el ciclo menstrual, que en tanta influencia tiene en subidas de energía, e incluso el atractivo, en los momentos alrededor de la ovulación, tensiones durante los momentos premenstruales, y cansancio durante la menstruación, etc.
Finalmente, Sun usa el hecho de que exista una gran variación entre personas (con enlace a un artículo que habla sobre las fluctuaciones de estas hormonas a lo largo del ciclo menstrual en varias mujeres) para afirmar que "el modelo de dos sexos no solo no predice la presencia de hormonas sino que además es inútil en describir los factores que las influyen".
De nuevo nos topamos con falta de honestidad científica. En primer lugar, el sexo de una personas predice en un 100% si no va a tener ciclos menstruales (ningún hombre los tiene), de modo que el sexo es el principal factor a tener en consideración al estudiar los patrones hormonales. En segundo lugar, la biología es una ciencia completamente diferente a la física (cosa que Sun sabe) y nunca hace predicciones basándose en elementos aislados, sino correlacionándolos con otros muchos más, esto es particularmente cierto en endocrinología. Es Sun quien pretende aislar ciertos datos hormonales, en fisiología los estudios no se hacen así. En tercer lugar, esa idea -sin explicar como modelo- de dividir a la gente en un número indeterminado de sexos no sirve de nada en este propósito ni prediceria nada. Únicamente induciría un caos estúpido en la medicina, las mujeres siempre tendrán más tendencia al cáncer de mama que los hombres, y nunca padecerán cáncer de testículos (salvo en los rarísimos casos de personas con CAIS, que no tienen nada que ver con la experiencia trans). La influencia del sexo es innegable.
Resumiendo, los niveles de hormonas varían entre individuos, pero siguen una curva bimodal según el sexo. La correlación entre los niveles de las diferentes hormonas también varían según el sexo (por ejemplo no se puede decir que una mujer con síndrome de ovarios poliquísitcos que provoca un aumento de la testoterona -que no alcanza los niveles masculinos- deje de ser mujer, porque este incremente afecta a todo su ciclo hormonal y provoca problemas que no se darían en un hombre). De nuevo, el sexo importa, y mucho.
De modo que la determinación sexual es genética, existe cierto dimorfismo sexual en algunas estructuras cerebrales y la fisiología está marcada por el sexo de una persona. La razón de este dimorfismo es siempre la misma, hay dos sexos y los caracteres se ajustan a curvas bimodales según el sexo de una persona.
También es fácil verlo de otra forma, mediante gráficas de correlación entre dos caracteres, si salen dos curvas diferentes marcadas por el sexo... ahí lo tienes (invito a los lectores a hacerlo con estatura/niveles de progesterona a los 28 años o estatura/masa muscular magra (LBM):
Acerca de las conclusiones del artículo (y la introducción)
La conclusión de Sun es de esperar en un aspecto, y sorprendente en el otro:
"the science is clear and conclusive: sex is not binary, transgender people are real"
Sí, era previsible que dijera que el sexo no es binario (no me gusta esa palabra pero la acepto, en resumen, que según Sun no hay dos sexos), lo que es raro es que esto se pueda saltar a que todo lo expuesto en el artículo haga pensar que la ciencia haya demostrado que las personas transgénero son reales (nótese que ha cambiado otra vez de hablar de sexo a género).
La primera parte de la frase es mentira. La biología no afirma que no haya algo diferente a dos sexos en la especie humana, ni en ninguna otra anisogámica. Diferente cosa es que algunos activistas biólogos se dediquen a decirlo donde se lo permitan, incluyendo un blog de opiniones en el Scientific American.
La segunda parte es rara. La ciencia ni pone en duda ni niega que exista la gente transgénero, como tampoco niega que la existencia de las personas que manifiestan otro tipo de disforias, como las aquejadas por la anorexia.
Lo que hace la ciencia es investigar qué causas físicas y psicológicas explican que algunas personas se declaren transgénero (para lo cual, en primer lugar, precisa contar con una definición clara y contrastable de lo que es ser transgénero, cosa que Sun nunca da en todo este artículo). Por tanto, con espíritu científico real, hay que indagar, investigar y cuestionar (poner en duda) todo lo relacionado con este aspecto de la humanidad, hasta que se encuentre una teoría interesante que otros a su vez, puedan indagar, investigar y poner en duda. Es el simple método científico.
Señalar como tránsfobos a los científicos que no aceptan sumisamente que toda persona que manifieste disforia de género la padezca, que hablen de contagio social (como así lo indican el incremento imparable de la disforia de inicio rápido en la infancia), que quieran que quien se declare transgénero, especialmente si es menor de edad, reciba la mejor atención psicológica posible por profesionales preparados en este asunto que puedan actuar según el protocolo más ajustado a la ética profesional... es hacer una caza de brujas.
Pero lo peor de todo es que Sun no está por esa labor científica, para ella cualquier cosa que ponga en duda sus propias conclusiones es "phony science" (ciencia falsa) y justifica la transfobia. Así lo afirma en el primer párrafo de su artículo en el que habla de la "Intellectual Dark Web" a la que acusa de eso, de extender popularmente la transfobia y la vincula con la tasa de suicidios en el colectivo "trans" (aquí mezcla transgénero con transexual).
La intellectual dark web no es más que un grupo de científicos que debaten sobre estas cosas del sexo y el género abiertamente en Twitter; entre ellos por ejemplo Jordan Peterson quien dice muchas cosas que no son de mi gusto. Intentar limitar este debate es anticientífico y pura cultura de la cancelación, que se ha impuesto en tantas universidades a lo largo del mundo occidental, uno de los mayores problemas de nuestro tiempo. En temas de sexo y género hace falta muchísima más investigación y es importante que los científicos e intelectuales puedan exponer sus ideas y someterlas a críticas por pares, lo que pretende Sun es pura censura puritana de otros tiempos.
Es interesante además que en esta IDW escriba a menudo Deborah Soh quien está de acuerdo con Simón(e) Sun en que existe una base biológica para la identidad de género, aunque según Soh dicha identidad sea binaria, en contra de lo que opina Sun.
Sun hace una exposición de datos ciertos de forma muy engañosa, intenta imponer una censura moralista a un debate que está vivo en este momento, usa inmoralmente las condiciones DSD en su exposición y extiende un velo oscurantista sobre todo lo que cuenta y miente al afirmar que la ciencia demuestra que haya otra cosa que dos sexos. Esto no es hacer buena ciencia, y se acerca más a un berrinche en forma de post.
Terminaré con dos buenas preguntas que Zach Elliott lanza en su respuesta al artículo de Sun:
1) ¿Cuándo se abstendrán los activistas y autores en buenas publicaciones científicas de usar a las pesonas con DSDs en argumentos sobre identidades que no tienen relación con ellos?
2) ¿Cuándo pararán los activistas de usar las bella complejidad y diversidad de la biología para intentar -inútilmente- desconstruir el sexo?
No lo sabemos. Lo que hace falta es que sepamos que nos quieren manipular.
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Pequeño comentario al pie: Esta misma semana, Colin Wright, un biólogo estadounidense implicado en la denuncia de los abusos que se cometen bajo el amparo de las leyes de protección a la comunidad trans en Estados Unidos (como el exponer a niños en el colegio a contenido ambiguo y no acorde con su edad), ha sido víctima de esta cultura de la cancelación. Tanto Paypal y etsy por difundir "contenidos de odio", cosa totalmente falsa. En etsy, sin embargo, es posible comprar camisetas y merchandising con estlóganes animando a atacar y matar a "terfs" y no se actúa contra las personas que hacen dinero con esto.
La doble moral de las redes sociales es muy preocupante.
Pero mucho peor aún que la cancelación de Colin Wright, y de muchos otros actos contra autores que quieren hablar claramente del aumento de cifras de personas que se declaran trans.. es eso, este incremento exponencial de cifras entre los menores en edad puberal, como denuncia Abigail Shrier.
Muchas familias están luchando contra leyes que les impiden hablar públicamente, para impedir que le den bloqueadores hormonales a sus hijos menores de edad. Supongo que esto a Sun no le importa, pero debería importarle mucho a Scientific American.
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