Puedo hacerlo en una frase, pero después tengo que extenderme en explicarla: no hay absolutamente ninguna evidencia científica -de ciencias duras- de esto, lo que es más, las pruebas apuntan a que no fue así en absoluto.
Bien, digo que no hay evidencia científica porque obviamente carecemos de cualquier censo de la población precolombina; de hecho no hicieron nada que pudiera aproximarse a la idea de censo, ni en Mesoamérica ni en el llamado imperio inca; y mucho menos en zonas en las que la gente vivía en tribus dispersas.
Lo que tenemos son las llamadas "estimas de población" que se hicieron mucho después, a partir de finales del siglo xix, siguiendo muy diferentes métodos. Es significativo que las primeras estimaciones están hechas pensando en criterios de supervivencia como capacidad de carga ecológica, acceso al agua, cultivos, etc, o teniendo en cuenta los censos españoles del siglo xvi; estas estimas hablan de una América no excesivamente poblada, y tienen en consideración las limitaciones que impone su capacidad tecnológica y tener que sobrevivir en un medio difícil.
Sin embargo la tendencia en las estimas cambió desde mediado del siglo XX, cuando un grupo de investigadores de diversos campos de universidades estadounidenses introdujeron su peculiar interpretación de los censos españoles, y sobre todo, cálculos estadísticos basados en suposiciones sin probar para extrapolar a partir de dichas cifras la población precolombina.
El culmen de esta tendencia llegó con la estima de Borah y Cook sobre la población de México Central, en la que afirmaron que había 25 millones de indígenas en un área de aproximadamente la mitad de Francia en 1518, el año antes de la llegada de Cortés.
Tanto la estima como el método fueron muy criticados en su día, y de hecho se ha publicado un libro en el que se expone claramente las manipulaciones que hicieron de las fuentes que tenían y sobre todo el cálculo restropectivo que no está basado nada más que en asumir que las poblaciones indígenas decrecían a ritmo constante a pesar de que los censos que se disponen dicen algo muy diferente.
Pero es fácil comprender que la estima es disparatada cuando se compara las cifras que propone con lo que eran las zonas más pobladas del planeta en ese mismo siglo, en Asia, lugares en donde disponían no solo de una agricultura mucho más eficiente, un terreno menos accidentado, una tecnología mucho más desarrollada comenzando por la rueda y el arado, sino también de ganado para alimentar a esa población.
También se pueden observar las dimensiones del disparate al saber que Borah, uno de los autores de dicha estima, afirmaba que los aztecas sacrificaban 250 000 personas cada año.
La cosa no quedó ahí y unos años después de esta estima Henry Dobyns publicó otra aún más alcista, en la que asumió las cifras de Borah y Cook, y las incrementó, además de asumir porque sí que la viruela había matado al 90-95% de la población de toda América.
Fue este Dobyns el que dijo que en América había unos 100 millones de indígenas y como ya he dicho que murió el 90% o más en un siglo.
Sobre la falta de credibilidad de estas estimas ya he escrito todo lo publicado en 2023.
Como se ve, Dobyns fue el primero que lanzó la idea de un 90% de mortalidad en toda América, al igual que Borah y Cook lo habían hecho para México Central. Dicha cifra no viene de ninguna prueba, sino de una serie de cálculos matemáticos que no tienen solidez ninguna.
Por desgracia la comunidad de científicos de humanidades estadounidenses recibieron con interés estas estimas que tantas falcias contenían. Es de destacar que en todas estas estimaciones se pinta la zona de Estados Unidos como muy despoblada en el siglo XVI, con lo cual la zona anglófona de Norteamérica podía presentar un escenario en el que la mayor parte de las muertes ocurrieran fuera de su área de influencia, en la zona hispanohablante, lo cual por supuesto les reconfortaba.
Pero no fueron los únicos, rápidamente estas publicaciones alcanzaron prensa especializada en español, y gente del mundo de las humanidades hispanoparlante se sumó alborozadamente a esta cruzada de las cifras altas y el 90% de muertes precolombinas. Como dato curioso citaré que el historiador Nicolás Sánchez-Albornoz fue un ardiente defensor de estos disparates, e incluso hizo una estima más alcista por su cuenta. Leerle en publicaciones hace sonrojar a una persona con formación en ciencias duras, al usar frecuentemente la expresión "demostrado" o "cierto" sobre algo que no son más que estimas. Para una persona de ciencias duras, la máxima más importante es expresar todo como hipótesis que se pueda debatir, pero esta gente de humanidades no parece tener el mismo pudor en diferenciar entre idea y realidad.
Con el tiempo, ciertamente, las cifras se han revisado varias veces, pero siempre aceptando las proporciones de población que dio Dobyns sin cuestionarlo de ninguna forma. Y lo mismo pasa para las supuestas tasas de despoblación.
Por ejemplo, Noble David Cook hace un mejor trabajo en interpretar los censos españoles, pero después cae en la misma tentación de dar las cifras de población precolombina asumiendo las tasas de despoblación que se saca de la manga, sin prueba sólida ninguna.
Otro disparate en el que incurre Noble David Cook es creer que la viruela llegó antes al incanato que los españoles. La viruela en realidad tenía tasas de expansión muy lentas, porque su vector eran los humanos moviéndose sin carreteras por un territorio verdaderamente difícil. Y siempre hay que estar muy atentos cuando esta gente sin formación sobre lo que es la viruela (verdaderamente llamativo que quieran dar las tasas de mortalidad de una enfermedad que no se han molestado en estudiar) habla de la misma, porque rápidamente empiezan a decir que causaría un número elevado de víctimas en zonas en las que no hay prueba ninguna de que tal cosa pasara.
En general el desconocimiento de estos estimadores sobre las enfermedades, censos, y formas de vida sobre la que hablan con tanta liberalidad es inmenso. Por ejemplo, no se puede asimilar tributos con número de tributarios, porque la tasa de tributos exigidos durante el siglo XVI por los españoles variaba con asuntos tales como el tener o no una mala cosecha (en varias zonas se bajaron los tributos por eso), castigos, premios, etc.
Pero no queda ahí la cosa, de tanto en tanto salen nuevas publicaciones que hablan de un 90% de muertes que una vez que se leen delantan sus prácticas de mala ciencia. Está muy reciente la publicación en prensa en 2019 de un estudio hecho por un científico del clima británico que afirmó que la colonización europea del siglo XVI provocó la pequeña edad de hielo. Dicho estudio debió pasar sin pena ni gloria, sobre todo porque los climatólogos sabían que la pequeña edad de hielo comenzó en el siglo XIII y sus efectos se hicieron sentir en Norteamérica en el siglo XV, antes de la llegada de los europeos.
Además de esto, el estudio cae en todos los defectos de forma de un artículo guiado por la ideología que parte de las conclusiones a las hipótesis. Verdaderamente llamativo es que a estas alturas del milenio sigan usándose las cifras fantasiosas de Bartolomé de las Casas. Sin embargo quien tenga interés por una análisis más en profundidad puede consultar esto: https://vadebichos.blogspot.com/search?q=estudio+agenda
¿por qué se publicó en prensa en España un estudio tan oscuro de un científico oscuro? Pues sería interesante que respondieran de ello los periodistas, y qué órdenes les dieron.
____________
Y básicamente esto es lo que hay respecto a los titulares sobre un 90% de mortalidad en América, pura especulación y mala ciencia, sin evidencia material ninguna.
La disminución real de la población indígena no la conoceremos nunca, pero no podemos inventárnosla tan alegremente. Menos nos podemos inventar una mortalidad por enfermedades en zonas no contactadas por europeos.
Pero sí podemos decir que no es de sentido común suponer una mortalidad del 90% en unas zonas en las que se construyeron 700 ciudades en el siglo xvi y en las que los españoles siempre estuvieron en clara minoría.
Hablar de más de un 40-50% de mortalidad en las zonas en contacto con población europea se puede acercar más a la realidad, porque se asemejaría a la tasa de mortalidad investigada para la peste negra en Europa en el siglo XIV.
Y olvidar que la viruela siempre fue una enfermedad temida por los europeos, es demasiado olvidar.
______________
Otro asunto en el que no reparamos es que siempre se miran esas estimas con la mentalidad de la época actual, pensando que eran poblaciones estables cuando las pruebas arqueológicas de la población precolombina nos dice justamente lo contrario, que sufrían fluctuaciones muy agresivas por epidemias, guerras, matanzas y otros factores relativos al estado de desarrollo tecnológico en el que vivían, la ausencia de ganado y el constante enfrentamiento entre diferentes grupos.
Es verdaderamente significativo de este estado de opinión generado artificialmente de "échele la culpa a los conquistadores españoles de lo que haga falta" que cuando se descubrieron huellas arqueológicas de posibles "ciudades" populosas en el Amazonas, la prensa rápidamente empezó a culpar a las enfermedades de los españoles su desaparición.
Solo después de generar todo un caudal de rumores en prensa, los estudiosos dijeron que estas ciudades habían desaparecido dos siglos antes del XVI. Los rumores antes que la ciencia.
_______________
He estado durante un año y pico hablando sobre las falsedades de estas estimas, en el blog, en Quora, etc. Espero que sirva para algo. Hay tareas que son casi imposibles si se pretenden hacer desde cero, como cambiar el artículo de wikipedia sobre la catástrofe demográfica (sé que están teniendo problemas porque hay guerras de ediciones).
Si no se habla de la falsedad de estas estimas por otra parte, y no se hace llegar esto a la gente, no se podrá cambiar nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario